Apareció por mi casa un puesto de tacos de carne al vapor, que es la gran cosa: deliciosos y sin grasa, como de casa pero sin que les falte lo sabroso de la calle. Creo que me haré asidua porque ya no puedo con otras cosas: antier cené una pizza individual menos una rebanada, y un par de horas después me sentía desagradablemente rebosante. Menos mal, porque de otra manera me costaría demasiado "portarme bien", y está urgiendo.
Silvia Parque