El título de este artículo parece ser una sugerencia obvia y redundante. Todos usamos nuestros sentidos, no podemos siquiera evitarlo, todo el tiempo vemos oímos olemos sentimos probamos aunque sea la oscuridad el silencio el espacio donde estamos nuestro propio cuerpo el vacío de nuestra boca.
¿Pero de verdad reconoces y usas lo que tus sentidos perciben? El mundo parece ser algo aparte de nosotros, algo que está ‘allá afuera’, y nuestros sentidos nos conectan a él. Ignorar a tus sentidos y a las emociones y pensamientos que parten de ellos es, tal cual, como andar a ciegas por el mundo siendo capaz de ver.
Digamos, si alguien te mira queriéndote dar a entender que le gustas, ¿te darías cuenta o no serías capaz de percibirlo porque estás convencido de que eso no sucede en tu realidad (y menos con esa persona)?
O, más radical, si alguien estuviera levitando un objeto frente a ti, ¿te darías cuenta o lo descartarías porque es simplemente imposible (sólo un truco)?
No digo que dejes de dudar y buscar corroboración y evidencia de lo que viene a ti vía tus sentidos, sólo digo que debes darte cuenta de que la duda es en sí estéril. Para ser útil, debe convertirse en pregunta y voluntariamente tornar hacia el campo fértil de la curiosidad. Debes adentrarte, buscar experiencia de primera mano, crear tus propios mapas de la realidad; una realidad entera, si quieres. Una realidad basada en tus propios experimentos e hipótesis.
Tampoco digo que debes descartar a toda la civilización humana, sus ideas y avances; digo que compruebes que lo que escuchas de oídas aplica a la realidad, es cierto. Seguro habrá muchas coincidencias, como siempre entre humanos; pero no creas que lo que está ‘allá afuera’ es lo que otros te dicen. Ésa es una mera realidad por consenso, democrática incluso, y es probable que haya muchos baldíos entre las cosas que todos dan por sentado.
¿Vives de oídas? ¿Generalizas para ti la experiencia de otros?
Siendo ésta tu vida, tu propia experiencia, es tu responsabilidad (¿re?) aprender a escuchar, a ver, a usar y confiar en tus sentidos, en lo que experimentas personalmente para dejar de creer sólo en cosas que supones que sabes y cuyo contacto sólo fue de oídas y/o en supuestos. Lo que ‘sabes’ habla de lo que ignoras. Tienes una obligación contigo mismo de ser sincero y reconocer lo que ves tal y como es.
El mundo no está en lo que las noticias, el gobierno, la academia, los líderes, tus padres, amantes y amigos dicen (existe la posibilidad de que incluso sean ficciones). La realidad es lo que te pasa día con día.
¿Estás viviendo en ella?