V-ola-r

La sed incita a abandonarse y a bañar los surcos, y así dejando la voz abandonada a ese sopor en las notas de ese último bolero que me pides, envuelves tus deseos en el fuego de mi cuerpo, y enlazando nuestras dagas llenas de savia hasta alcanzar el abandono del cuerpo pienso en este corazón recosido y remendado una y mil veces, y sonrío vislumbrando que pese a todo aún puede hacer sangrar, dejarse desear y conmover, y hacerte sentir entre mis muslos para luego perderte en un alto vuelo bajo los recovecos de tanta miseria e indiferencia de los que han decidido esquivar mi mirada.Un calor sofocante entra por las rendijas de la falda, desabrocho un botón más del escote, y siento las gotas de sudor por los muslos y la espalda, pero una sola, la más traviesa y caprichosa, a ésa va y le da por deslizarse remolona desde el cuello hasta el ombligo. Con un cubito de hielo perfumo la piel, es un gesto que aprendí desde la infancia sin saber que bajo él derretí más de mil deseos y múltiples fantasmas.Y engarzando la nota de un nuevo bolero, ante la mirada cómplice del pianista, te digo con un guiño sonriente que no, que me niego a que penetres la sequedad que me habita, sudorosa y helada, ávida de fuegos que arden en chimeneas esperando el invierno, triste y sonriente, repleta de certezas pero sin más incertidumbres, mueca de la zozobra que a zarpazos le robo a la vida, más allá de mi hastío, de los ajados besos de tantas y tantas bocas plagadas de La Verdad, y de tantas y más hipocresías, eludiendo, sorteando, soslayando, apartando, evitando, rehuyendo y burlándome ya de tanta incertidumbre para volar llena flores de cualquier cerezo que despliegue todavía mis alas, y colgada de mi sonrisa, que aún sigue destilando y embriagándote con sus burbujitas de Champagne, y diciéndole a mi sonrisa que no puede rendirse…
La sabiduría acumulada con el sinsabor de todos los relojes que nos asaetan este eterno retorno hecho de tantos déjà vu, acaba por añarse y arañar un mal día, dejándole paso a ése en el que de nuevo, colgarse las alas sea sinónimo de volar, a sabiendas de que me colgaré una nueva sonrisa, tal vez de trapo, pero también  en la que ya en este nuevo vuelo no podrás alcanzarme, porque te dejé abrasado en el alquitrán más negro de la acera del olvido, porque mis alas si bien reincidentes y suicidas nunca han sabido de otra cosa que no fuese… volar, y volar. El Rey... y  Asúcarrrrrrrrrr!!!  "Rodar y rodar...".
Hoy les dejo esa rancherita entre sal y asúca. Será que me levanté chingona no más... en plan ola y
v-"ola"-r por el calor... Ya mañana hablamos del gobierno si les parece, que están pasando cosas.