Hace unos cuantos días (97) empecé un reto. Aunque más que un reto era la manera de hacer algo que me gusta.
Me gusta escribir, ¿lo sabéis verdad? Y como os pasará a la mayoría ,no tengo tiempo para hacer las cosas que me gustan. Curioso, ¿verdad?
Seguro que tenéis miles de respuestas a por qué no hacemos las cosas que nos gustan y seguro que también coincidimos en la mayoría de ellas. Pero por otro lado también me pregunté qué hago yo para encontrar tiempo para escribir.
¿Es imposible escribir al menos cinco minutos cada día?
No. Imposible no es. Son solo cinco minutos. Seguro que hay algo de lo que pueda prescindir para dedicarle al menos cinco minutos al día a lo que me gusta hacer. Y si no puedo a lo largo del día, tampoco es un drama dormir cinco minutos menos.
Así empecé el 1 de febrero, con el compromiso de escribir cada día, aunque solo fueran cinco minutos.
También sabía que por mucho reto que me marcara, el incumplirlo no tardaría en llegar si no lo hacía público para recibir la reprobación cuando fallara, así que decidí escribirlo en Facebook cada día, después de cumplirlo, para que fuese una motivación añadida el escribir ante la perspectiva de la colleja pública si no lo hacía (es más fácil buscar excusas para no hacer lo que quieres que soportar que te lo recuerden).
Ayer fue el día 96 escribiendo a diario al menos 5 minutos. Por ahora solo he conseguido hacerlo antes de dormir. A veces son solo cinco minutos y otras veces algún tiempo más. Duermo menos pero me siento mejor.
Y después de 96 días, casi, casi, tengo el primer borrador de un nuevo libro...