La academia nos deja una "semana libre", de domingo a domingo. Supuestamente es para que el que tenga cosas atrasadas pueda ponerse al día pero en clase todos contábamos las horas. Ayer fue el último simulacro y éramos la mitad del grupo. Muchos ya habían cogido rumbo. Por fin, ¡días libres! La gente se buscó vuelos, excursiones, tours o, como en mi caso, billetes de guagua. Varios me preguntaron si me volvía para Tenerife. Mi respuesta era: "... Nahh". Tampoco me motivaba en exceso el plan de quedarme en la ciudad. La libertad está ahí para empujarte a salir, a disfrutar y a vivir. Para estos días libres me planifiqué un viaje al norte. Me voy a Santandera visitar a unos familiares, a saborear otra vez el mar salado, ver un sitio compeltamente nuevo para mí y dejar atrás el cosmopolita Callao, el lindo Retiro, los románticos edificios de ladrillos y el maravilloso chirriar de los vagones del metro por un tiempo. Es la primera vez que viajo allí aunque seguramente no será la última. ¡Deséame buen viaje! Los manuales y el libro gordo se quedan aquí esperándome. Tú vas conmigo en el bolsillo pero como no sé si podré sentarme a escribir, te dejo por unos días (libres) con la promesa de fotos chulas el próximo domingo. Ya oigo las olas...