Vacíos siguen naciendo

Publicado el 18 diciembre 2015 por Impopular

No encontrabas explicación. Aunque te había pasado mil veces, seguías sin acostumbrarte Clara. De la nada te nacía un llanto anónimo, un nuevo llanto desconocido. Como si tu esencia estuviese compuesta solo de lágrimas y eso te llevara indefectiblemente a buscar refugio en un abrazo medicinal, una y otra vez.

Recuerdo cuando me decías, con algo de temor, que encontrabas una cierta e inexplicable comodidad en la tristeza. Que algo te picaba durante los días de dicha, como si fueras una forastera de la felicidad, descubriendo armonías infinitas en las canciones tristes, en los textos melancolicos, en los finales abruptos. Siempre te sentiste algo intrusa.
Quizás era la falta de costumbre a la algarabía, tal vez tanta desgracia en el aire, constante, invencible nos había vuelto parte de la angustia universal o, simplemente, la firme convicción de que los humanos no estamos preparados ser felices del todo, porque tenemos el alma pinchada por las heridas, y por eso nunca se termina de llenar.