Varadero está ubicada en Cárdenas, la ciudad más cercana donde viven la mayoría de las personas que trabajan en los complejos hoteleros de la zona. Es un pecado ir a Varadero y enclaustrarse en sus hoteles pues Cárdenas, la ciudad de los puentes, tiene un encanto particular. Su arquitectura es eminentemente colonial y esto le confiere un aspecto romántico, antiguo, memorable... quizás por esta razón muchos de los grandes poetas cubanos provienen de esta ciudad... no se puede esperar menos de un sitio que deslumbra en su romántica decadencia.
Regresando a Varadero, podemos hallar un considerable número de complejos hoteleros; desde los cinco estrellas Barceló y Meliá hasta otros más modestos ubicados en zonas de playa menos afortunadas.
En la zona más movida de la pequeña ciudad puede hallarse algún que otro supermercado y una serie de tiendas que venden artesanía local y sourvenirs. Aunque si se avanzan unos metros más pueden hallarse diferentes mercadillos locales donde las piezas de artesanía y la pintura son relativamente más baratas y los precios son negociables.
Intercalándose con las tiendas y algún que otro hotel pequeño (los hoteles más grandes se encuentran invariablemente mirando al mar) encontramos los consabidos restaurantes donde sería imperdonable no degustar un arroz moro, la langosta o la carne de cerdo asada, las chicharritas o la yuca con mojo, los cascos de guayaba o el flan (que tiene un sabor mucho más fuerte que el dulce español) y para terminar un café Cubita o un trago de Havana Club reserva especial.
Por la noche, la mayoría de los centros recreativos y discotecas se hallan al interno de los grandes hoteles. De más está decir que la noche allí es bien larga y soberanean la salsa y el reggaeton. Entonces podemos atrevernos con unos Daiquirís, el Mojito o quizás un Habana Libre aunque los más atrevidos pueden probar la España en llamas.
El mar, por regla general (excepto en época de huracanes, donde evidentemente no es nada aconsejable viajar) se muestra sorprendentemente tranquilo y las aguas generalmente mantienen una temperatura muy agradable para el baño. Si no deciden andar en agosto (donde por demás, el sol es extremadamente fuerte), entonces es muy probable que tengan varios metros de arena solo para ustedes aunque realmente jamás se observa el apiñamiento de las playas europeas.
Aunque existen ómnibus turísticos que recorren los pocos kilómetros de la ciudad no es de perderse la oportunidad de viajar en los coches, un carruaje de época tirado por caballos que nos brindan un paseo por la avenida principal de la ciudad.
También es cosa común ver transitar los automóviles de época y encontrar alguna que otra construcción con bastantes años (generalmente antiguas iglesias o conventos).
Varadero también cuenta con un aeropuerto por lo cual es muy usual poder hallar ofertas all inclusive a muy buen precio con vuelos que aterrizan muy cerca del destino. El momento de abandonar esta lengua de arena es sin lugar a dudas difícil y te hace preguntarte cuando podrás volver al sol, el mar, las palmeras y la tranquilidad del lugar.