de distracción a perpetuidad, de imbecilidad tan programada.
Aunque no encuentres la voz, aunque te paguen con platos
de arroz, aunque te asustes y puedas caer, la dignidad no se pierde sabés.
No estás aquí para pasar sin que te vean, que carajo!
Si ser lo mismo es virtud, vos sabés bien que también es quietud,
si anda rondando la felicidad no tengas tanto temor de cambiar.
Vas a bailar, como si fuera la última noche.