Qué vergüenza. Hacía diez años que no me levantaba resacosa, que servidora ya es toda una mujer seria y respetable... pero supongo que la ocasión era propicia al despiporre: anoche mis amigos me dieron una pseudofiesta sorpresa, e incluso vinieron los de Madrid chupándose un montón de horas de autobús para estar conmigo celebrando mi cumpleaños. ¡Y yo que creía que casi no saldría nadie!
Hubo de todo: sorpresas, canciones a grito pelao provocando que casi nos echasen de la taberna, discursos que me llegaron al alma ("desde que te conocemos, Bea, nuestro cielo es más azul"...snif, poesía pura) vino dulce a porrillo, letras de canciones que misteriosamente se transformaron para hablar de Jack y la Isla, planes futuros para eurovisión, abrazos, carcajadas recordando tiempos mejores y adivinando buenos momentos por venir, chupitos de gelatina...
No podéis imaginar lo agradecida que me siento, porque verdaderamente no puedo quejarme de mala suerte esta vez: fue perfecto. ¿Será el amuleto ovejil de la Fle? ¿Será que la maldición se ha transformado en bendición?
En cualquier caso, gracias a todos por hacer de la noche de ayer algo tan especial. Nunca podré agradecéroslo...
Bueno, sí. Cuando vayamos a NY y estemos todos paseando por la Quinta, os invito a un cheesecake ;)
Voy a tomarme una aspirina... que paséis un buen día, que hace sol y es 25 de abril :D ¡Una ronda de biofrutas- o pascual funciona o bifrutas o beafrutas- para todos!
Toma tartaca que se han currao mis señores padres.... ñammmmmmmmmmmmmmmmmm