Otra mujer, y van cinco en una semana. Veintitrés en cinco meses. Esta semana tanto Pat como Ana han reflexionado sobre este tema, pero yo sigo sin poder entenderlo, me niego a asimilarlo y menos a aceptarlo como “la lacra social” que dicen los medios de comunicación que es.
Los medios hablan del culpable, del maltratador, el único responsable de cada muerte, pero a mí eso no me basta, quiero que se empiece a hablar de la verdadera responsable, la sociedad, la que ejerce una violencia sistemática contra las mujeres. Habrá quien piense que estoy exagerando, que no es para tanto, que son casos aislados y no hay que generalizar, pero hoy he tenido muy mal día y sí, voy a generalizar.
Porque la última responsable es la sociedad, este sistema que no educa, que sigue marginando, que nos sigue tratando en muchos casos sin respeto ni dignidad. Se sabe que hay desigualdad laboral entre hombres y mujeres, que la mujer cobra menos y se la relega a puestos secundarios, se sabe pero no se soluciona, se acepta, así están las cosas.
Se sabe que a las mujeres se nos sigue tratando en los medios de comunicación y en la publicidad como mera mercancía u objeto de deseo, pero tampoco se hace nada, así que nuestros hijos e hijas siguen asimilando todos esos estereotipos sin que podamos hacer nada por evitarlo, salvo intentar educarlos para que no se dejen arrastrar por los espejismos.
Con las actuales políticas sociales todavía será peor, eliminado Educación para la Ciudadanía me quedan pocas esperanzas de que la asignatura que la sustituirá “Valores” quiera educar en igualdad, y los recortes a las políticas sociales están dejando desprotegidas a muchas mujeres que ante el desamparo no pueden denunciar aunque luego se les intente culpabilizar por ello.
Los centros de atención alertan sobre que cada vez acuden mujeres más jóvenes, un 25% eran menores de veinticinco años, muchas adolescentes confundidas entre la ilusión de su primer amor y el miedo al novio dominante, celoso y violento.
Como dice Ruth Toledano en su excelente artículo:
..”Que de enero a mayo hayan sido asesinadas 22 mujeres debiera considerarse una cuestión de Estado: lo sería si hubieran sido asesinados 22 policías, 22 políticos o 22 futbolistas por el mero hecho de ser policías, políticos o futbolistas. Sin duda, lo sería si a 22 hombres los hubieran asesinado por el mero hecho de ser hombres. Porque a estas 22 mujeres las han asesinado por el mero hecho de ser mujeres. Es decir, por tener, a ojos de sus asesinos, de los hombres que las han matado, una consideración de objeto, de algo menor, por pertenecer a una categoría inferior. Es, por tanto, una violencia ideológica, que persigue la dominación a través del terror. Es terrorismo.”
No sirven las políticas que se han tomado hasta ahora, hablan las cifras que no disminuyen sino aumentan alarmantemente. Hay que cambiar la actitud, el lenguaje sexista, la discriminación laboral… Pero de verdad, si no acabaremos convirtiéndonos en estadísticas, como los muertos en carretera cada fin de semana.
Como algo inevitable que no se puede impedir.