Velos
Publicado el 13 mayo 2010 por Jaferrandez
Entre tanta opinión (ya sabéis lo que dice el pueblo ....... todo el mundo tiene uno) empiezo a creer que sería mejor que los medios de comunicación NO rellenasen sus matinales, sobremesas y/o "latenights" con estos temitas. Ahí está el caldo de cultivo de la intolerancia y la sinrazón. Si se alienta socialmente que la polémica se traslade al terreno del "y tú más" terminaremos a pedradas (¡si solo fuese eso!). La mayoría de la gente oye hablar de "hiyab" y se imagina a las mujeres con "burka" ocultas al mundo por mor de una creencia religiosa. Desde ese momento, propiciado por el desconocimiento, se suelta la lengua sin ningún rubor. Y no debería olvidarse que por aquí (en nuestro país) las mujeres del medio rural iban envueltas en lana y tela negra de la cabeza a los pies hasta hace muy pocos decenios y solo nos parecía pintoresco. Y que en el origen de nuestra "civilización cristiana" (griegos, romanos, judíos, fenicios, etc.) las mujeres estuvieron obligadas a cubrirse enteras en presencia de los hombres en algún momento de la historia. ¿Saben los tertulianos lo que significa "Hiyab"? Pues que lo averigüen. Hay mas tela que cortar de la que nos creemos. Y a quien se le ocurra utilizar el velo como excusa de seguridad nacional debería darse una paseo por los lugares de concentración de jóvenes (y no tan jóvenes) en cualquier país occidental. No reconocerían ni a sus hijos. El artículo de Fernando Savater en "El País" resulta muy ameno, ilustrativo y didáctico. Lo que ocurre es que esos artícu los los lee menos gente de lo que nos gustaría. Y encima somos los que menos alzamos la voz para opinar. A gritos se desenvuelven los tertulianos (y aludidos por teléfono) de todos esos programas de TV que pueblan la banda digital (ahora) y consiguen "shares" astronómicos porque resulta más cómodo sentarte frente al televisor durante un par de horas a ver un mal circo que gastarte 2 euros en un trozo de papel del que además no van a comprender la mitad de las cosas que tiene impresas. La mayoría (de los que vociferan) no entiende ni los chistes de Forges.