Gwen se sentía sola, triste y abarrotada. ¿Cómo es posible que unos días atrás tuviera tantas ganas de hacer de todo, de salir y comerse el mundo, de demostrar todo lo que puede hacer… y sin embargo, ahora estar tan apagada?Realmente, ¿ella está tan mal que depositaba casi todo su bienestar en ese chico? Hablaban cada día, se lo contaban todo, iba a dormir y se levantaba pensado en él… Un desengaño. La ignora.
Aquella que fue una amable y sincera invitación, ahora se ha convertido en un no, que deja muy claras sus intenciones. El problema es ¿Cómo olvidarlo? No sabía lo muy presente que estaba en su día a día y de qué manera influía en su estado de ánimo hasta ahora. Lo que podía ser un bonito y prometedor futuro se ha convertido en una ilusión perteneciente al pasado. Pasado en el que ella aún está porque no puede deshacerse de esa idea fácilmente… Lo que en un principio fue duda ahora es convicción. Lo conoció, luego dudó y finalmente le gustó. Ahora lo desea. Cuando las cosas parecen imposibles su deseo crece. Ella lucha para no escuchar lo que parece venir de una parte tan remota como su corazón. Pero, ¿Cómo luchar contra eso? ¿Cómo luchar contra ti mismo? Vencida. Se rinde a sus pensamientos, sin poder evitarlos.