-¿Pero cómo venció tantos problemas de tal magnitud?
El anciano caballero se echó hacia atrás en su silla y dijo:
- En realidad no hay ningún truco en cuanto a esto. Luego añadió:
- Sabes, …hay algunos problemas que parecen tan grandes que no puedes pasarles por encima.
El reportero asintió, pensando en experiencias por las que atravesaba en el presente.
- Y -el sabio hombre de negocios prosiguió-, hay algunos tan anchos que no puedes darles la vuelta.
De nuevo, el reportero asintió. El hombre continuó levantando su voz de forma dramática:
- Y hay algunas dificultades tan profundas que no puedes cavar por debajo de ellas.
Ansioso por una solución, el reportero le dijo:
-¿Sí? ¿Sí?
-Es entonces -concluyó el hombre-, cuando sabes que la única forma de vencer el problema es bajar tu cabeza y embestirlo.
El problema rara vez disminuye mientras la persona esta de pie y mirándolo de frente. Pero cuando buscas con diligencia una solución, está garantizado que tu problema disminuirá.
No hay problema que pueda dominar la diligencia.
Vía Renuevo de Plenitud