Veo a mi homínido que sabe casi nada
pero no sabe que la oruga tiene su propia ley,
que la pobreza hace su propio surco,
que las alas sólo son manitas emplumadas.
Seré un principio.
Sello mi cicatriz con las arrugas de mi pan,
pliego mi bisagra con las arrugas de mi pan
y pienso cuál es el valor de mi grito
y cuento cuántas lágrimas hay en mi docena.
Seré un menos.
Me calzo la pezuña
y me duele la paz agitadísima
y, ya de frente, medito en mi solas
con toda mi muchedumbre en las espaldas.
Seré un libre.
Me llevo la peor parte de mi parte
y con los mendrugos de mis sobras
pasa que celebro cada una de mis órbitas
y cada varias de mis hambres.
Seré un final.
Ilustración: Krijn van Noordwijk en http://www.krijnvannoordwijk.com/content/_3022886197_large.html