Revista Talentos
Comienza a escribir. Las letras se le amontonan como insectos a lámpara encendida. La verdad que pretende dar a conocer quema sus entrañas. Bebe, sin control, para extinguir el fuego. Su corazón estalla. "Los bichos deben morir", se oyó murmurar a una lívida dama. No se halló rastro del veneno.