Escribo porque me ayuda a ausentarme. A estar sin estar y a volver siempre de manera incólume. A poder permitirme el lujo del miedo sin descabalgar. Digo Octubre y me viene a la memoria Ribeyro o el fugaz título de un libro que pasa, raudo, como una cortina que se descorre. Digo, en cambio, Otoño, y pareciera que mil soles me envuelven con su danza a baja altura, efímera y subyugante. Digo con esto que el tiempo es descreído. El tiempo como mucho parece y nunca es, aunque sea profundamente inhumano. Tú y yo, al tiempo, le damos igual. Sábelo. Que por eso escribo. Porque este barco lleno de defectos me conduzca de forma lenta y petrolera, nocturna, clandestina y casi ausente, a la resurrección de la carne que sea el próximo verano.
![VERANO VERANO](http://m1.paperblog.com/i/153/1536101/verano-L-ieOSO_.jpeg)