Todos en muchas ocasiones nos encontramos con uno de estos dichosos códigos, el otro día mientras navegaba por el blog de mi amiga Samanta, me tope con uno de estos y la verdad es que los garabatos que ponían eran inentendibles, yo creo que lo hicieron aposta para darme que pensar.
Llegué a la conclusión de que nuestras vidas están rodeadas de códigos, que en pocas palabras los códigos sencillos pueden ser como nuestro día a día, y que los códigos algo más complejos pueden ser alguna situación más complicada, en la que debemos buscar otra manera de hacerla.
Si os fijáis el botón de la derecha, el botón de "Actualizar" yo lo relacioné directamente con mis amigos a los que cuando hay algún problema acudo de vez en cuando a que me digan y me cuenten sus posibles puntos de vista sus otras perspectivas, para poder pasar los obstáculos.
Luego hacía recuerdo cuando en determinadas ocasiones me encontraba con un código en el que hacía todo lo que tenía en mano y más para descifrarlo, yo entre nosotros les digo que creo que en algunas ocasiones hasta volteo la cabeza.
Pero no se nos olvide recordar, cuando acertamos el código la sensación de liberación que se produce en nuestro cuerpo, confiando en que habíamos acertado lo que ponía.
En pocas palabras hemos de ser capaces de adaptarnos a cualquier situación que se nos presente, a saber encaminar nuestras queridas vidas, en el camino de la felicidad. Ese gran camino, que muy pocos seguimos.