Tomada buena nota de las sugerencias hechas para tratar en el blog en próximos días, esta semana me permitiré dedicar la entrada al Amor, siempre tan perdido y tan buscado, dejando una muestra en estos versos que alguna vez quisieron ser poesía.
Con toda mi dedicación…
-LUCIDEZ-
A veces pasa que caminamos como dos autómatas, sin sentido común alguno.
Y nos perdemos. Nos olvidamos de entregarnos las manos y cruzarnos los dedos.
Otras veces pasa que lo burdo alcanza, pese a nuestra voluntad de ser esquivos.
Y nos perdemos. Nos concentramos en lo superfluo del total que no tenemos.
Extrañamente ocurre que ignoramos vernos, y el blanco hastío se hace destino.
Y nos perdemos. Nos obcecamos en separarnos, cuando no somos más que uno.
Pero llega –siempre llega- esa verdad que nos sitúa juntos, vivos e imantados.
Y nos tenemos. Nos acercamos cansados pero nuevos, sintiendo aquel ridículo.
Pero llega –siempre llega- el justo punto de lucidez que nos regala este amor.
Y nos tenemos. Nos abrimos a las puertas de la razón, olvidando lo minúsculo.
Alegremente llega –siempre llega- la noche del verde en el azul, la del calor.
Y nos queremos. Nos queremos como dos locos ebrios de ganas. Claudicados…