Nueva edición de "Versus", en la que enfrentaré a dos películas similares en ciertos aspectos dignos de comparación mutua.
Hoy: Paranormal Activity vs [•REC]2
Estas dos cintas se asemejan en la técnica llevada a la consagración por la memorable e inspiradora The Blair Witch Project (1999). El propósito: filmar todo lo acontecido para que parezca real y así dé más miedo. ¿Lo habrán logrado? ¿Quién lo hace mejor? Empecemos.
Paranormal Activity
Este filme dirigido por Oren Peli cuenta la historia de una parejita feliz y adinerada que decide comenzar a grabar los hechos paranormales que atormentan a la señora de casa. Si bien las actuaciones están lo suficientemente bien como para lograr el verosímil adecuado como punto de partida, el motivo por el cual se deja la cámara prendida no siempre está del todo bien. ¿Para qué filmar un momento de shock durante el desayuno? ¿Cómo hacen para acomodar tan bien la cámara (y cómo piensan dónde la colocan) en un lugar que los capte a amboso sollozando ante el terror por la presencia del demonio de tres deditos? (La escena de las huellas es muy buena).
Aún así, la película cumple con su cometido, dando pie a escenas de mucho suspenso como las que suceden de noche, donde con mucho ingenio el director aplica un recurso hasta ahora poco utilizado como el de la cámara nocturna con contador, que seguramente hará escuela de aquí a la posteridad tan poco prometedora de este género. El tema que se toca siempre escapa a la capacidad del espectador -a menos que sea un médium o algo parecido-, por lo que nunca está demás hacer secuencias como la de la tabla ouija o el video del exorsismo (homenaje a ya saben cuál filme).
Se dice que Paranormal Activity es una de las películas más rentable de todos los tiempos, ya que partió con un presupuesto de $15.000 y en sus primeras semanas recaudó millones (y contando). Eso se le debe al buen trabajo publicitario que se hizo, con trailers de lo más prometedores y un gancho tan atrayente como el apellido "Spielberg" en la cartelera, y más si el tipo que porta semejante nombre dice que ésta es una de las mejores películas de terror de la historia.
En fin, no será la mejor de la historia, pero es un blockbuster que asusta varias veces y cumple con su cometido sin engañar al espectador, a menos que este se crea muy inteligente y no advierta un gran trabajo propagandistico que lo burle más que el demonio a Micah y Katie.
Calificación (del 1 al 10): 7
[•REC]2
¡Volvieron los zombies católicos! Y de qué manera. La dupla que conforman Jaume Balagueró y Paco Plaza realiza de una manera más que advertida esta continuación de la desilusionante [•REC]. Ahora parten de una premisa mucho más efectiva para asustar, como ellos mismos dicen, como la puta madre.
¿Por qué [•REC]2 sí funcionó? Porque explotaron más el factor claustrofobia, desarrollando más la acción en ambientes pequeños que dejan sin respiración al espectador durante el visionado. El edificio que en la precuela fue un simple escenario de griterío xenofóbico y malas actuaciones ahora es un protagonista más, que mantiene atrapado no sólo al grupo de GEO's y los tres adolescentes entrometidos (las tres mejores actuaciones de la película), sino a los infectados de la primera, que además de intentar saciar su nueva hambre no dejarán que salga nadie ileso. Bravo por la dupla de directores.
El ritmo frenético de la película es, sin duda, tres veces superior al de la anterior, conformando un clima infernal durante sus 85 minutos de metraje. Pocas veces a este servidor le ha pasado desear que termine la película para acabar con esa pesadilla, así que un nuevo hurra para Balagueró y Plaza. Ahora, en lo que a interpretaciones se refiere, seguimos en la misma, teniendo como peores momentos las poco convincentes discusiones entre los policías y el "doctor" alemán que los acompaña, siempre pidiendo -como para no dejar de lado la intencionalidad del estilo por el que opta el filme- que no se deje de filmar para juntar información. Larra -un argentino que se hace con una tonada de español patética- es el más pobre de todos en su aporte, aún cuando uno se pregunta por qué será que ésta saga (ya está prevista la tercera parte) se viene a pique cuando Manuela Velasco entra en escena. Nuevamente esta insufrible actriz logra arruinar la película, sobre todo en esa parte en la que aparece con una nueva cámara cual arma letal, a lo Terminator, que todos esperaban para seguir adelante.
Pareciera ser que la reportera Vidal es el fetiche de los dos realizadores, aún más que la vuelta de tuerca demoníaca que tomó la película. Es preferible quedarse con los primeros 70 minutos del filme, cuando todo indicaba que estábamos ante un progreso importante en materia terror. La cinta asusta que da calambre y tiene un contexto que así lo permite. Se aplaude la onda video-game que agarra con las camaritas en los cascos de los policías, así como el recurso narrativo a lo Crónica de una muerte anunciada, entrelazando las dos historias que llevan al ingreso en el edificio. Por lejos, muy superior a la anterior, marcando una clara evolución en todos los aspectos técnicos y argumentales. Lástima el final y las interpretaciones generales, pero nunca está mal cambiar de vez en cuando los "¡Fuck!" por los "¡Coño!".
Calificación (del 1 al 10): 8
Tenemos dos buenos largometrajes de terror, recomendables, que saben explotar sus tópicos gracias a este recurso de cámara tan utilizado en otros proyectos. El suspenso está en ambos, pero el terror sólo en el segundo, así que tenemos un ganador en esta nueva edición del VERSUS.