La mayoría de los gatos son animales domésticos y caseros. Prefieren las comodidades de un entorno familiar sobre la emoción de nuevas aventuras. Pero incluso aunque tu gato prefiera evitar los viajes, no siempre se puede evitar subirlo al coche. Por ejemplo, los gatos necesitan ir al veterinario, y estoy seguro de que no quieres evitar darle a tu mascota la asistencia sanitaria que necesita sólo por el hecho de no subirlo al coche.
Descubre algunos trucos para viajar con gatos en coche de la manera más cómoda.
Habla con tu veterinario.
Aunque la mayoría de los gatos pueden aprender a tolerar el viaje en coche (y algunos incluso disfrutar de él), la mayoría necesita ayuda para conseguirlo. Al igual que algunas personas, algunas mascotas tienen mareos, otras pueden tener ansiedad. Algunos gatos vomitan al experimentar el mareo. Otras mascotas pueden babear excesivamente, con grandes cantidades de saliva empapando la tapicería.
Habla con tu veterinario sobre los medicamentos que pueden ayudar, tanto contra la ansiedad durante el viaje, como contra el malestar estomacal y los vómitos. Para algunos animales con ansiedad, los ansiolíticos pueden ser útiles para que se sientan más cómodos en el coche. Para otros animales, especialmente aquellos con estómagos complicados, los medicamentos antieméticos (contra el vómito y las náuseas) pueden ser necesarios para viajes largos. Tu veterinario puede aconsejarte si la medicación no es la mejor opción para tu gato.
Hazte con el equipo adecuado.
Elegir los productos adecuados (y ayudar a que su gato se acostumbre a ellos) es una parte clave de la preparación de tu viaje:
- Transportín. Un transportín es la mejor manera de viajar con un gato, y son relativamente baratas las de tamaño para felinos, por lo que no escatimes y lleves a tu gato en una funda de almohada o en una caja de cartón. Muchos amantes de los gatos recomiendan un soporte rígido con aberturas en la parte frontal y superior, para proporcionar al gato una manera cómoda y segura de entrar y salir de él.
Un consejo: El transportín no es algo que tu gato sólo debería ver cuando va al veterinario. Utiliza los agradecimientos y haz uso de las recompensas para enseñar a tu gato a entrar en el transportín, y déjalo fuera del coche, abierto y accesible, para que él lo use como refugio seguro. Cuando tu gato vea su transportín como un refugio se sentirá más cómodo en él durante el camino, especialmente si lo cubres con una toalla para evitar que vea el desconcertante mundo en movimiento a través de la ventanilla (o a los perros en la sala de espera del veterinario).
- Sprays de feromonas. Para los gatos asustadizos, los sprays de feromonas son algo a considerar. Habla con tu veterinario acerca de estos productos.
- Arnés y correa. Un gato asustado puede soltarse en un santiamén. Aunque puede que no hayas considerado ponerle un arnés y una correa a tu gatito, estos utensilios pueden ser un verdadero salvavidas si tu gato decide salir corriendo. Acostumbra a tu gato a estos nuevos objetos antes del viaje y asegúrate de tener una etiqueta de identificación, así como un microchip que te ayudarle a recuperar a tu gato de nuevo si se escapa (siempre es una buena idea confirmar que el microchip de su gato se ha registrado y la información está actualizada).
- Otras herramientas críticas. Para viajes largos, necesitarás recipientes de comida y de agua difíciles de derramar o verter. Una caja o una bolsa de basura para los deshechos. También es recomendable un botiquín de primeros auxilios para mascotas, e imprescindible acordarse de coger los medicamentos que tu mascota debe tomar (si fuera el caso). Si te vas a alojar en un hotel, el viaje será mucho más fácil si tienes un libro o folleto de alojamientos, o una aplicación para tablets o smartphones, que te ayude a encontrar hoteles que acepten mascotas.
Por último, para ahorrarse molestias antes de tu salida, asegúrate de que sabes dónde encontrar a tu gato cuando estés listo para salir. Si tu gato es de los que les gusta esconderse, ponle en una habitación cerrada con comida, agua, juguetes y la caja de arena la noche antes de salir, para que no pueda irse muy lejos. Una vez en el coche, vigila que a tu gato no pase demasiada calor. Nunca dejes a tu gato en el coche solo en un día caluroso. Incluso en un día templado la temperatura dentro del coche puede llegar a niveles peligrosos en cuestión de minutos, aunque las ventanas estén parcialmente abiertas.
A pesar de los desafíos, los gatos pueden aprender a viajar. Sólo hay que tratar de ayudarlos a mantener la calma, y prepararse para cualquier problemilla de salud que pudiera tener durante el viaje.