Revista Diario
Ya no sirve viajar únicamente por el placer de visitar y conocer otras culturas y paisajes, o por el gusto de pasar una semana romántica con la pareja, o simplemente por el hecho de compartir una aventura con los amigos. No, ahora lo que se lleva casi como una exigencia es viajar con el objetivo de conocer la moda actual implantada en los diferentes países de cada continente. Atrás quedaron esos viajes románticos a París con la única ilusión de subir a la Torre Eiffel con la media naranja, o esas maravillosas excursiones a Egipto para disfrutar de la majestuosidad de sus monumentos; Las tres pirámides de Gizeh, El Valle de los Reyes, o La Esfinge. También quedaron anticuados las visitas a Italia para probar las auténticas pizzas y el recorrido en góndola por los canales de Venecia, y las expediciones en los parajes de Australia para fotografiar canguros, leones, elefantes y jirafas a solo diez metros de ellos. Olvidaros de las típicas vacaciones familiares, aventureras o de borracheras, actualmente si no eres un fashion victim no eres nadie. Al igual que ha sucedido con las películas, que para ser "cool" hay que verlas en versión original, con los viajes sucede exactamente lo mismo; hay que viajar por la moda, fotografiar la vestimenta de los transeúntes nativos y asistir a los desfiles de más alto rango para luego alardear en el blog de los fashions que somos.