¿Vida después de la vida?

Publicado el 31 octubre 2011 por Marga @MdCala

Cuando yo era una ingenua pre-adolescente (allá por el año II) leí un libro que  se me quedó grabado en la memoria: “Vida después de la vida”, de Raymond Moody. Mis dudas sobre las teorías religiosas ya eran muchas, y no tenía a nadie con quien hablar sobre el tema, pues el entorno también era católico-practicante (más o menos…), y mi abuela no soportaba que yo le fuera con ideas comunistas (sic)…

Dada mi influenciable edad cuando encontré el libro, lo devoré buscando esa tranquilidad que ya no encontraba en rezos, cánticos, misas, promesas de resurrección, reencuentros post mortem y demás afirmaciones de fe, que tanto se escapaban de la ciencia y de la realidad conocida. Se escapaban de mi acentuada lógica. Sin embargo, y una vez finalizada la obra de Raymond Moody,  seguí albergando muchas dudas y preguntas que me hubiera gustado plantear. Si hubiera sabido a quién…

Poco después (entonces no había un Google que llevarse a la boca de la curiosidad), fui enterándome de que todas esas experiencias extracorpóreas podían deberse a una simple (o no tanto) jugarreta de nuestro cerebro. Un fundido final, con una previa despedida de la memoria. Hoy ya sé que todo tiene una clara explicación biológica, y aquí traigo un interesante artículo que detalla el especial fenómeno vivido por tantas personas.

-La nueva investigación, llevada a cabo por científicos de las universidades de Cambridge y Edimburgo y publicada en la revista científica Trends in Cognitive Sciences, sugiere que, como era de esperar, muchos de estos fenómenos pueden explicarse biológicamente. Además, algunas personas que creen haberlos vivido ni siquiera estaban en peligro de muerte, aunque ellas creyeran que sí.

Por ejemplo, según explican los investigadores a Scientific American, la sensación de estar muerto no se limita a las experiencias cercanas a la muerte. Los pacientes con el síndrome de Cotard o del «cadáver ambulante» tienen la ilusión de que han fallecido después de un trauma muy fuerte o en etapas muy avanzadas de algunas enfermedades, debido a cambios en la corteza parietal y prefrontal, la primera relacionada con los procesos de atención y la segunda con los delirios observados en males psiquiátricos como la esquizofrenia.

Por encima del cuerpo

Las experiencias extracorpóreas, la sensación de dejar el propio cuerpo y flotar sobre el mismo en la habitación, son comunes al despertar o cuando se tiene una parálisis del sueño, en la que uno se siente paralizado al mismo tiempo que es consciente del mundo exterior. Un estudio de 2005, dice Scientific American, encontró que estas experiencias pueden inducirse artificialmente estimulando áreas concretas del cerebro. En cuanto a la revisión de la propia vida, el culpable puede ser una región cerebral que libera noradrenalina, una hormona del estrés que se libera sin control durante un trauma.

Los investigadores creen que algunos medicamentos y drogas, como la ketamina, pueden desencadenar euforia, experiencias extracorpóreas y alucinaciones. Esta ketamina afecta al sistema opioide del cerebro, que puede activarse de forma natural cuando los animales son atacados. Un gran trauma lo provocaría en el ser humano. Y sobre el famoso túnel de luz, puede suceder que el flujo sanguíneo y de oxígeno se agote en el ojo, algo que podría producirse ante una situación extrema cercana a la muerte.- (ABC.es Ciencia)

En cualquier caso, todos los que han constatado esta sensación de regreso a la vida, afirman haber perdido -totalmente- el miedo a la muerte, y vivir a partir de ese momento mucho más relajados. Jugarreta del cerebro o no, parece que esta experiencia extrema vale la pena.

¿Vosotros qué pensáis…?