Vidas de un blog. El blog de una vida (parte I)

Publicado el 06 octubre 2010 por Elcocteldeloscuentos
ADVERTENCIA: Como este post me ha quedado bastante largo, y tengo que darle un último repaso, he decidido subirlo a trozos. El problema es que nunca aprendí a sintetizar a la hora de escribir, y claro, en estos casos sobre mi casa de la net, soy más pésima que de costumbre para resumir.
Quien de vosotros se esté preguntando a santo de qué voy a escribir esto, puede dejar de hacerlo. No sé muy bien por qué lo hago, aunque sí que he comenzado a redactarlo con un fin (doloroso fin, todo sea dicho). Ahora, tras repasarlo y taerlo aquí, el fin está menos claro en mi cabeza. Aún así, insisto, no viene a cuento de nada. Y si viene, no es momento de decíroslo (¡tomároslo como un cuento si queréis tomarlo como algo!).
Hoy me he dado cuenta de que mi horario imposible va a convertirse en un reto que voy a tener (sí o sí) que afrontar. Mi profesor de Producción periodística en nuevas tecnologías dice que este año ya somos diplomados, que tenemos que tomar conciencia de que somos periodistas, de que estamos en tercero, y de que hay sacrificios y esfuerzos que tenemos que hacer para seguir adelante. El mío, este año, será sobrevivir de lunes a miércoles con más horas en la facultad que en mi casa y, entre rato y rato, me da por pensar y pienso cosas como lo que hoy escribo. Cosas, cómo no, de esta casa de la net, de este blog.
Parte I: A propósito de un blog

Este blog nació a partir de un sueño (justo cuando estaba a punto de empezar a estudiar para conseguir otro). Mi madre siempre me dice que me paso la vida diciendo todo lo que quiero hacer y que pocas veces hago algo por conseguirlo. Crear este blog, después de algún intento frustrado de crear otros, fue una de esas cosas que hice para conseguir algo, aunque yo por entonces, como todo el que empieza, no sabía bien qué quería conseguir. De momento me encontré con un sitio donde colgar aquello que escribía cuando estaba asolas con mis pensamientos y mi sueño (ese sí, de verdad) de ser escritora. Tenía un sitio donde expresar aquello que me apetecía, y me sentía muy bien haciéndolo. Éramos mi blog y yo, y aquellos que, poco a poco, alguna que otra vez, nos hacéis compañía.
Mi blog es mío y tan mío es, que lo creé en secreto. Ni mis amigos, que tantas cosas han compartido conmigo; ni la gente de mi familia o las personas más cercanas a mi entorno sabían de él. Eso es algo que hoy puedo decir que sigue siendo así. Sí, mi madre sabe que escribo un blog, y que trabajo en una revista, que hay gente que lee y comenta, que tengo una vida dentro de este universo que es la net. Creo que mi hermana también lo sabe, y puede que alguien más que me conoce lo lea en secreto sin haber dicho palabra. Nunca me he planteado si al decidir callarme su existencia estaba engañando a alguien, porque nunca creí hacerlo (¿quién no ha escrito un diario personal y lo guardaba con ése candadito enano muy receloso de que su hermano no lo abriera?). Siempre hemos sido mi blog y yo. Nadie más. Y justo por eso, durante este tiempo, me he sentido tan bien haciendo que creciera.
Un lugar donde escaparme, donde poder escribir más allá de cualquier cosa. Este blog encierra tantas cosas que cualquiera que me conozca puede leer entre líneas... Ni lo imagináis. En este blog he amado, he abandonado, he perseguido y luchado, he llorado, he pataleado, he reído, he vivido experiencias inolvidables, he sentido cosas que nunca había sentido, he conocido... Siempre intentando que la famosa delgada línea no nos mezclara demasiado. Un blog personal sí, pero no hasta el aburrimiento. Y una vida, la mía, que a veces he expresado en algún cuento y que otras veces, en otros cuentos, nada tenía que ver con la realidad que yo, ésa que se presentaba como ciber nada, he vivido durante este tiempo. Eso sí, ha habido veces (vosotros lo sabéis) que he escrito días y días de mi existencia sin tapujos, que para algo estaban las teclas...
Exagerada me llamarán todos los que crean que hiperboleo diciendo que este sitio es como un brazo o una pierna. Que habrá gente que piense que me "estoy tirando el rollo" cuando digo que podría vivir perfectamente sin él, pero que ya no sería lo mismo, ya lo sé. Pero lo importante es lo que siento yo al estar aquí, al escribirlo, al echar la vista atrás y ver lo que hemos crecido juntos, lo que nos ha enseñado nuestra andanza por la net. Mi blog y yo, solitos los dos. Y a veces (o siempre), vosotros.
(fin de la primera parte).
Seguramente los jueves y los viernes sean los días en los que aparezca por la net, así que quizá mañana os traiga la continuación de este post raruno, y si después de haber discutido con mi almohada sobre por qué narices escribo esto, deduzco por qué lo he escrito realmente, puede que os lo cuente. Hasta entonces, me recupero de este inicio de curso.
Buenas noches, bandido y bandida.