Es tal su energía que, a menudo, cuesta seguirle el ritmo. Pero esta vez he querido intentarlo, y participo en su... MICRORRETO Nº 3: HABLANDO SE CUENTA LA HISTORIA.
Os doy tiempo para que echéis un ojo a los requisitos, y sobre todo a repasar las normas de cómo escribir diálogos de forma adecuada (¡Uppps! 😰😰😰 Acabo de hacer spoiler de lo que nos pide). Os espero a la vuelta de la página 😄😄.
¿Asustados? ¿Os parece complicado? La verdad es que los diálogos son de esas cosas que intimidan bastante, ¿verdad? Pero bueno, no entremos en modo pánico, que el cable que nos ha echado David para manejarlos con soltura, gracias a todos los enlaces que nos deja como referencia, es de tamaño XXXXXXXXXXXXXXXXXL por lo menos. Y además nos ha simplificado el asunto pidiendo que el diálogo sea en estilo directo pero sin acotaciones, que al final es la parte más complicada para desarrollarlos adecuadamente.
Eso sí, si sois como yo, seguro que tendréis que leer y releer varias veces toda la teoría sobre cómo incluir las acotaciones según el tipo de verbo cuando os enfrentéis a un texto en que requiráis incorporar diálogos entre personajes; pero seguro que la práctica nos convertirá en pequeños grandes maestros 💪💪💪💪.
Y bueno, ¿qué tal si pasamos a mi microrrelato? No me abucheéis mucho, por favor. Yo no soy Tarantino.
VIEJOS AMIGOS
–Volvemos a encontrarnos...–¿Me echabas de menos? No te creía tan sensiblero, siendo poli. ¿Te estás declarando?–Descuida que no. A veces se me olvida que detrás de tanta sensualidad se oculta una de las mujeres más buscadas de este país.–¡Lástima! He bajado puestos en el ránking, hasta hace no mucho era la más buscada.–Estoy aquí para prevenirte: ahí fuera hay mucha gente dispuesta a matarte. –¡Esta es buena! ¿Se trata de un gag? Estamos en antena, supongo.–Veo que no has perdido tu sentido del humor. Espero que tampoco tu ingenio.–¿De qué estás hablando? ¿Por qué debería creerte? ¿Por qué querrías ayudarme, Murphy?–No siempre he llevado este uniforme. Digamos que soy un buen amigo de tu padre. –¿De ese cabrón cobarde? ¡Malditos seáis los dos!–No digas bobadas, Rachel, sabes que en el fondo él solo quería protegeros a ti y a tu madre.–A mi madre ni la menciones, ¿me oyes? Mi querido padre ni siquiera acudió al funeral: cobarde una vez más.–Lo hizo por vosotras, aunque cometió errores y aún le pesan. Así que no seas terca. Sigue mis instrucciones: en esa mochila, tras la columna, encontrarás lo necesario para huir e iniciar una nueva vida. Tengo contactos importantes que me deben grandes favores: es hora de cobrarlos. Para cualquier cosa que necesites llama a este número... Es su manera de redimirse. ¡No queda tiempo! ¿Aceptas o qué?–Trae eso, don Juan de pacotilla. Acepto.
Hace años, cuando escribía, casi con la misma rapidez con que llegaba el aire a mis pulmones, te invitaba a que paseases también por este rincón. Pero, por un tiempo, las letras me abandonaron y me refugié en el scrap, la bisutería y el mix-media. Producto de esa etapa nació:
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