No hay verdad más verdadera que es irrompible e inmune al paso del tiempo, firme ante las tormentas y nostálgico en la distancia, el lazo que une a una madre y a un hijo
Aún en la agonía, sin esperanzas, sacan fuerzas de sí y salvan a sus hijos.
La historia que me enterneció
Jesús Díaz LoyolaNo sé su nombre, no hace falta. Pudo haber sido en Turquía o en Japón, allá donde las contingencias, en el minuto más insospechado, se ceban con la vida. En el escenario, siempre hay una madre, dispuesta a arriesgarlo todo, no tanto por ella misma como por su familia. Esto pasa con frecuencia, y no nos enteramos.El testimonio que nos llega hoy es enternecedor. Pero la red está llena de casos como este, que a veces pasan inadvertidos. Me detuve a leer y no pude contener la emoción. Entonces decidí que lo mejor era contarlo.De historias como la que hoy nos ocupa, está lleno el mundo. No hace mucho, en el verano pasado, en Perú, una madre salvó a su hijo de un accidente de tráfico, en el que ella finalmente murió.Sucedió en el sector de Cutcopampa, y así lo contó el cercano Diario de Chimbote. La mujer “protegió a su pequeño de 13 meses de nacido abrazándolo fuertemente, pero, lamentablemente, los fuertes golpes que sufrieron Rossmery Luna Carrión, de 29 años y su suegro Francisco Ruiz Boca, de 49, provocaron la muerte de ambos”.La tragedia la describió Deyvi Ruiz Agreda, de 29 años y esposo de la difunta madre. Él también viajaba en el auto Volkswagen siniestrado, y sobrevivió. Ahora solo quedan los nombres de su mujer y su padre para recordarlos.Otro suceso que involucra a otra madre, ocurrió en costas italianas en 2010. Fueron víctimas de un mar embravecido. Una mujer, su hijo y un amigo estaban haciendo turismo por las costas de la ciudad de Positana, cuando de repente fueron sorprendidos por una gran ola que arrastró a la madre de 48 años y al menor de 12. Las noticias que circularon entonces, describieron el dramático suceso de una mujer, de nacionalidad norteamericana, que consiguió poner a su hijo a salvo, pero no le sucedió lo mismo a ella, que acabó arrastrada por el mar y sucumbió en el océano. Su hijo entró en estado de shock. No se sabe si al final sobrevivió.
He querido compartir esta historia con todas las madres de este mundo, con las que están y con las que ya se han ido.