En ciertas culturas antiguas el número 13 estaba imbuído de carácter arcano debido a su condición divisible para una buena cantidad de números enteros. En definitiva, todo dependerá de la interpretación ya que también pueden encontrarse significados más benignos para el vilipendiado número: Cornelio Agrippa, por ejemplo, señala que el tercero sobre diez implica el misterio de la aparición del Cristo, porque 13 días después de su nacimiento la estrella de Belén condujo a los Reyes Magos ante el pequeño Avatar.
Pero la historia ha resignificado el viernes 13 como una fecha trágica a partir del mes de octubre del año 1307, cuando Felipe IV de Francia ordenó la disolución y encarcelamiento de los miembros de la Orden del Temple con la venia del papa Clemente V. Una vez más la iglesia católica y el brazo secular se unían en contra de quienes en ese momento se alzaban, de una manera u otra, contra el dominio monolítico construído a partir de la corona y la fe.
Tan aguerridos como austeros, los Templarios habían edificado un enorme poder económico a partir del rol asumido durante las Cruzadas. También habían incursionado en otras cuestiones menos terrenales abordadas oportunamente por sus predecesores, los gnósticos y los cátaros, combatidos oportunamente con los métodos poco ortodoxos y bastante reñidos con la piedad cristiana de la iglesia católica. Entre estas cuestiones se encontraba la alegoría de un camino espiritual hacia la evolución personal, similar a la búsqueda emprendida por los antiguos alquimistas desde los tiempos de Hermes Trimegisto.
En las leyendas griálicas, herederas de las tradiciones gnósticas que tan ofensivas resultaban al poder religioso, el héroe asume por su cuenta, con ocasionales auxilios de entidades suprahumanas, el camino interior de la transformación hacia la iluminación. No hay intermediarios ni confesiones ni bulas: sólo con su alma, el iniciado emprende la ruta hacia su propia internidad en la que encontrará, luego de sortear los monstruos del laberinto personal, la redención de su naturaleza en tanto chispa divina o Grial.
Poder económico y libertad interna eran dos atributos que los Templarios habían alcanzado por obra de la disciplina y voluntad que caracterizaban a la orden. Si bien Clemente V se opuso en primer término a la brutal persecución iniciada por el rey galo por cuanto se basaba en calumnias irredimibles para la época como las acusaciones de sodomía y blasfemia, el punto de inflexión estuvo dado por la rotunda negativa del Gran Maestre Jacques de Molay al proyecto Rex Bellator, impulsado para unificar todas las órdenes de caballería bajo la autoridad de un rey soltero o viudo que impulsaba la corona de Aragón.
Finalmente los caballeros del Temple fueron encarcelados y sus bienes confiscados; la confesión extorcada a la que eran tan afectos los integrante de la Inquisición rindió sus frutos, aunque luego los acusados se retractaron al encontrarse en ámbitos menos coercitivos. La intercesión papal logró una condena a prisión perpetua en el año 1314 para los cuatro maestres pero la retractación determinó su destino final en la hoguera: Jacques de Molay fue el encargado de predecir a viva voz entre las llamas el futuro próximo del rey y el papa, quienes murieron pocos meses después.
Mal que les pese, los poderes eclesiástico y secular quedaron definitivamente vinculados a un viernes 13, fecha que marca la intención de finiquitar definitivamente a los templarios que, a la fecha, no ha sido lograda. El legado de la Orden pervive en la leyenda del Grial sobre la que se han escrito ríos de tinta a través de la historia: Dios, como bien afirmara Jacques de Molay, se encargó personalmente de tomar represalias.
La fotografía fue tomada por Juan en la Exposición Permanente de Templarios y otras Órdenes que se encuentra en la ciudad de Toledo.
Magnolias, rosales y jazmines crecieron en los hogares que se fueron instalando, perfumando el aire limpio producto de la gran cantidad de especies arbóreas que se expandieron sin interrupciones. Coco y Sonia mantenían allí una casa de fin de semana a la que amaban y decidieron abrirla al público para promover el encanto del lugar: hoy esa construcción mantiene plena vigencia y es un sitio emblemático por calidez y calidad.
A partir del crecimiento de la urbanización hubo otras opciones gastronómicas, pero ninguna mantuvo el atractivo de esta cabaña emplazada en un entorno mágico y pleno de naturaleza. De las 800 personas que vivían en el bosque hoy se contabilizan más de 2.000 familias, los carteles para prevenir el exceso de velocidad indican a los veraneantes que la naturaleza no resulta compatible con la velocidad y, pese a la civilización, el sitio ha sido preservado.
En la Cabaña del Bosque transcurrió nuestra tarde de sábado para festejar el cumpleaños de Marisa, un entorno plácido en el que no es difícil imaginar duendes y hadas deambulando entre las mesas de tronco vestidas con vajilla irregular. La construcción de piedra y madera se abre a los ventanales que resguardan la fusión de arte y naturaleza del interior: el tenue rumor del bosque, alguna exquisitez dulce o salada y a perder la noción del tiempo en este espacio de ensueño.
Testeo de hierba santa
La verbena es depurativa, antioxidante y relajante, de ahí que para los celtas fuera una planta sagrada conocida como hierba santa por las propiedades mágicas que le fueron atribuídas. El aroma, a medio camino entre el cítrico fresco y la frescura intensa de la albahaca, deviene estimulante y positivo, una intensidad que evoca a la naturaleza en pleno.
L ´Occitane cuenta en su línea Bonne Mère con jabón elaborado con ingredientes hipoalergénicos y aceite de palma, cuya fragancia remite a los ramos frescos de perfume alimonado que empleaban los antiguos, seducidos por la estela santa de la verbena.