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Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.

Publicado el 03 septiembre 2012 por Itxasomardones @ItxasoMardones
Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.
Los hombres construyen puentes y tienden vías férreas a través de desiertos. Pero sostienen, con éxito, que coser un botón es tarea superior a ellos
(Haywood Broun)
A la tierna edad de diez años se me ocurrió que me gustaría aprender a tejer. ¿Cómo iba a imaginar yo entonces que, en el futuro, la guerra de los sexos acabaría casi en tablas y que cualquier macho alfa cosería un botón con más maña que yo? Una amiga de mi madre se ofreció a enseñarme. Mi única experiencia, un paño bordado en el colegio que mi pobre madre no se atrevía a hacer público. Cuando tuve entre mis manos dos agujas con un extraño gancho y una bola de lana que no sabía dónde guardar, supe que aquello no saldría bien. Hoy me arrepiento. 

Porque hoy no eres nadie si no tienes una prenda de crochet.

Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.
Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.
Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.
Bikinis de punto, pareos de punto, mangas de punto, vestidos de punto. Punto, punto y más punto
 
Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.
Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.
Decidí retomar mi antigua obsesión. A falta de amiga y/o abuela, me enfrenté a este tutorial. A los 55 segundos llegaba a la misma conclusión. Aquí, el punto no es bobo. La única boba soy yo.

Vamos, que en el "Manual de la buena esposa", que circulaba en época franquista yo hubiera sido un desastre. Tampoco hubiera encontrado mi sitio tras la Segunda Guerra Mundial, cuando las agujas de punto sonaban mientran mujeres y niños tejían para la Victoria.


Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.
Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.Las mujeres se llevaban la labor a los refugios, como esta mujer. Lo que tapa su rostro es una máscara de gasa, obligatoria para enfermos y resfriados.
Vintage: Manual de la buena esposa. En punto.El problema vino cuando tenían más calcetines de lana que pies. Entonces, gana la ley de la oferta y la demanda y el punto se pone de moda de nuevo en la década de los 50. Y ahora volved atrás en el post. La foto de los niños. La niña de la derecha. Esa que mira la labor con el ceño fruncido. Esa. Esa podría haber sido yo. 

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