Biblioteca de Santiago nº8. Bueno, bueno, aprovechando el tirón de Rey de Picas, nos trajimos otro libro de Joyce Carol Oates, una de las autoras más interesantes y arriesgadas de las letras estadounidenses, una de las más prolíficas y veteranas por lo demás, con una carrera de más de medio siglo, ¡una vida completa dedicada a las letras! Una autora que no le teme a los temas escabrosos, complejos, complicados, desafiantes... Y tenemos entre manos una novela titulada, ni más ni menos, Violación. Una historia de amor. Aunque el título pueda parecer bastante claro (y no deja de ser un poco provocador, ¿no les parece?), no dejaba de sentir cierto tembleque e incertidumbre por lo que pudiera encontrarme en sus páginas. Oates puede ser bastante aterradora si se lo propone.

No vamos a extendernos mucho con esta novela, a buen entendedor pocas palabras. Ese primer capítulo, esa primera página, ya más o menos indica por dónde irá el asunto.La primera parte del título, entonces, es certera: hay una violación, no esperábamos otra cosa. Una viuda que volvía a casa de noche acortando camino por el interior de un parque el 4 de julio junto a su hija de 12 años, cuando media docena de hombres o más, borrachos y drogados y enajenados, crueles y salvajes, las interceptan y proceden. Porque quieren, porque pueden, porque sí. ¿Por qué? Por qué no, amirite? Si ya de por sí una escena así es dura de leer, la prosa áspera, agresiva, cruda, seca, las palabras cayendo como puñetazos sobre un rostro rendido, la atmósfera opresiva, ominosa, asfixiante, ese estilo lúgubre y lacerante, frases tajeando el aire como cuchillos recién afilados, te lo hace aún peor. No es solamente el hecho, es lo que sigue, que, maldita sea, puede ser peor: las mentiras, las infamias, los prejuicios, los tribunales, la tergiversación de la realidad, la manipulación de la realidad, la sensación de asquerosa injusticia, de dolorosa impotencia, de ira incontrolable pero fútil, de incertidumbre, de desamparo total... Joyce Carol Oates construye y elabora, con todo el peso de la literatura, un relato que es como un realismo gótico, un sucio realismo gótico, con esa prosa que, aparte de todo lo ya dicho, tan potente como un mazazo sediento de sangre, también actúa como una sofisticada y observadora serpiente, fría y calculadora, capaz de penetrar en cualquier superficie, en cualquier cuarto oscuro y cerrado, con total naturalidad, mirando de frente a un abismo de desesperanza, de violencia, de maldad, de deshumanidad, reproduciendo los sonidos y las imágenes de ese agujero negro con una fidelidad escalofriante y aterradora. Habrá quien diga que esta autora es truculenta y efectista, no podría estar más equivocado: J.C.O. escribe con un distanciamiento estilístico que precisamente potencia el poderío de sus acontecimientos, un distanciamiento no carente de mirada crítica, de empatía y, por supuesto, de pesadumbre, sin embargo la autora permite que los hechos mismos se expresen en todo su tenebroso esplendor, devorando al lector implacablemente, atrapado en las fauces de tan horrenda y atroz historia. La boca del lobo, J.C.O. no teme adentrarse en sus interiores, no teme encender la antorcha y mirar de frente, en primera fila, la carne maloliente atascada entre los engranajes de esta trituradora que es la sociedad gringa, con su burdo sistema judicial, podrido de corrupción y clasismo, obsoleto y miope, nublado por el espectáculo y el poderoso caballero don dinero. Y no sólo las instituciones son las podridas, son los ciudadanos mismos, su educación, su sistema, su crianza, fábrica de monstruos banales que entre que van a sus trabajos de mierda y se beben unas cuantas cervezas en el pub del barrio, aprovechan para mancillar la dignidad de una viuda o para cualquier otro crimen, la configuración mental y moral que engendra semejantes bestias y la maquinaria detrás de tal zeitgeist es otro abismo al que hay que mirar, un abismo en el que hay que vivir.Los personajes son la madre viuda, la hija, los violadores, una fiscal, un abogado neoyorquino, un policía veterano de guerra... La bomba es la violación. El derrumbe, los escombros, la polvareda... es lo que viene luego. ¿Y la reconstrucción? Quizás pueda llegar, quizás pueda suceder, quizás pueda hacerse realidad.Imprescindible lectura. Otro librazo de Oates.