La mera observación de unos rascacielos me trae al recuerdo aquellos otros del 11 de septiembre. Nunca podré olvidar aquellas imágenes de la gente saltando al aire, era en directo y sobre las 3 y pico de la tarde, mi hijo pequeño me preguntaba que por qué lloraba viendo la televisión y yo sólo pude decirle que aquello no era una película, que estaba ocurriendo de verdad.
Tomada en New York.