Trae aquí esa metáfora, hazme el favor,
no rocies a la mierda más ambientador,
hablemos de lo que ya sabemos sin más,
yo soy hijo de la nada, como los demás.
Inventamos una salsa llamada ignorancia,
para tragar mejor la sopa de vida rancia,
abundancia nos permite no mirar al cielo,
y nuestra visera nos obliga a pisar el suelo.
Yo soy un hijo de la nada, quizás tú también,
el motivo de la existencia no lo sé muy bien,
vivimos gracias a la envidia y la comparación,
que nos hará extinguirnos como toda evolución.