A uno de los lugares donde sí fuí - y que quedó anotado para una segunda vez - fué la Galería Nacional de Canadá, a orillas del canal Rideau y en frente del Parlamento, cuyas torres se pueden apreciar desde la plza de la galería, allá en la colina, en la orilla opuesta del canal.La galería está rodeada de jardines que, lamentablemente, no estaban en su apogeo debido al largo invierno de este año. Hay que volver a ellos en tiempos más cálidos.Con dos pisos, el primero dedicado a arte canadiense y el segundo a artistas internacionales, la galería tiene una impresionante colección de pintura y escultura. La mañana que pasamos allí definitivamente no alcanzó para saborearlo todo como se debe.En un momento me senté a mirar un Picasso con tranquilidad y, de pronto, me percaté que estaba rodeado también de Braques, Monets, Chagalles y Klimts... en medio, una instalación colgante de Calder. Era una sensación casi de mareo, de no saber por dónde comenzar... en fin, un lugar recomendado para todo el que tenga la oportunidad y al que me prometí volver con más calma.
Visita demasiado corta: la Galería Nacional de Canadá
Publicado el 17 mayo 2013 por Frankh @frankh_artA uno de los lugares donde sí fuí - y que quedó anotado para una segunda vez - fué la Galería Nacional de Canadá, a orillas del canal Rideau y en frente del Parlamento, cuyas torres se pueden apreciar desde la plza de la galería, allá en la colina, en la orilla opuesta del canal.La galería está rodeada de jardines que, lamentablemente, no estaban en su apogeo debido al largo invierno de este año. Hay que volver a ellos en tiempos más cálidos.Con dos pisos, el primero dedicado a arte canadiense y el segundo a artistas internacionales, la galería tiene una impresionante colección de pintura y escultura. La mañana que pasamos allí definitivamente no alcanzó para saborearlo todo como se debe.En un momento me senté a mirar un Picasso con tranquilidad y, de pronto, me percaté que estaba rodeado también de Braques, Monets, Chagalles y Klimts... en medio, una instalación colgante de Calder. Era una sensación casi de mareo, de no saber por dónde comenzar... en fin, un lugar recomendado para todo el que tenga la oportunidad y al que me prometí volver con más calma.