Ayer, aprovechando que era fiesta nacional en Japón, me fui a patear Tokio cámara en mano.
Llevaba tiempo queriendo visitar la zona de Shinagawa para algo que no fuera ir a la oficina de inmigración. Shinagawa es una de las estaciones mas grandes de Tokio y uno de los puntos de conexión para visitar casi cualquier parte del país ya que casi todas las líneas de Shinkansen paran por aquí.
Alguna vez viajando desde la ventanilla del tren había visto desperdigados por ahí algunos templos que me llamaron la atención, así que ayer me fui a explorarlos.
El Sengakuji es un pequeño templo/cementerio de barrio que es famoso por albergar las tumbas de los llamados 47 ronin, una antigua leyenda japonesa que hace referencia a los valores más importantes del bushido. Si tenéis curiosidad por saber más, aquí os dejo el link a la wikipedia.
Para llegar hasta aquí hace falta callejear un rato, aunque no es demasiado complicado. Podéis llegar caminando unos 15 minutos desde la estación de Shinagawa o a un par de minutos desde el metro de Sengakuji.
La entrada al templo en sí es gratuita y está abierto desde las 7:00 hasta las 18:30 de la tarde. Luego si tenéis ganas de aprender más sobre los 47 ronin podéis visitar un pequeño museo dentro del recinto. La entrada creo que costaba unos 400 yenes y está abierto de 9:00 a 16:30.
El sitio me pareció bastante agradable, hay algunos bancos a la sombra donde podéis sentaros a descansar y a disfrutar del ambiente del recinto. Al no ser un lugar especialmente céntrico no hay demasiada gente, e incluso si vais un día de diario, es muy probable que tengáis el lugar para vosotros solos.
El olor del incienso flotando en el ambiente, el sonido del viento entre las hojas de verano y el eco de una campana budista resonando al rededor.
Momento Zen total