La capital de la isla es un pequeño pueblecito de origen Veneciano, dominado por un castillo medieval en lo alto de la colina del pueblo y compuesto por innumerables callejuelas donde perderse es extremadamente fácil (y deseable). El pueblo cuenta con varios restaurantes a pie de puerto donde se puede degustar pescado fresco excelente, así como varias tiendas en las dos o tres calles comerciales que hay dentro del casco antiguo. No dudéis tampoco en adentraros en los restaurantes que se encuentran dentro de la ciudad, puesto que son igual o mejores que los situados en el puerto. Sobre todo recomiendo pasear por sus calles de noche, donde se puede apreciar el aspecto medieval de la ciudad.
Aparte del castillo veneciano situado sobre la colina, el otro gran atractivo de la capital es la espectacular Portara, la puerta del templo de Apolo que domina la ciudad y que se encuentra situada sobre el mismo puerto, sólo accesible por una escalera situado al final del puerto.