Un día te levantas y te das cuenta que todo cuanto te rodea está desordenado. Tienes el pelo alborotado, el corazón y la vida en general. Y despiertas con el firme propósito de poner orden en ese caos. Pones empeño, mucho esfuerzo, pero no es suficiente, porque ese caos no depende solo de tí. En ese momento, te sientas, piensas, repiensas y vuelves a mirar a tu alrededor. No es desorden lo que te rodea, es simplemente vida. Porque la vida es eso, es orden y caos a la vez, es alegría y tristeza, es baile y melodía, es luz y sombra. Solo la vida te enseña a levantarte, aunque antes hayas tenido que caer. Solo la vida te lleva por caminos desiertos para que cuando encuentres uno bello, sepas apreciarlo bien. Son enseñanzas, son momentos, son risas, son viajes, son abrazos, son secretos, son palabras, son miradas... son tantas cosas como quieras. Porque la vida es así de caprichosa, te lleva por donde quiere, no por donde tu quisieras. Y aunque no te guste saltar en los charcos, alguna vez tendrás que hacerlo porque sino la vida te hará caer de pleno en ello. Hay tantas cosas que no queremos... pero solo la vida sabe nuestro sendero. No aplaces tus sueños, hoy y ahora es un buen momento. Si lo piensas bien, siempre habrá un impedimento. Así que de vez en cuando, déjate llevar y vive el momento...
P.D. La vida no espera...