Hoy comento un artículo de Mujerhoy.com sobre la manipulación sufrida y el deseo de agradar, que me parece muy interesante. Aunque va dedicado a las mujeres, creo que también puede servir a los hombres. Lo reduciré a algunas frases, destacadas en negrita:
-Complacemos a los demás por un temor infantil a que se enfaden con nosotras. Tendemos a creer que si damos la razón al mundo entero, el mundo entero nos querrá y verá con buenos ojos. Nada más incierto: el amigo de todos no es el amigo de nadie...
-Decir NO cuando es lo que deseamos, no nos acarreará ningún castigo y sí una mayor valoración de nosotras mismas. También un mayor respeto interior y exterior: se suele admirar a las personas capaces de enfrentarse a quienes resulta necesario, aun sabiendo que ello pueda causarle algún tipo de represalia o crítica. Ésta tendrá los días contados, tu autoestima se revalorizará para siempre.
-Al pretender caer bien a todos y ser siempre aceptada (para ser querida), te verás enredada en relaciones indeseables o, simplemente, que no te interesen. Casi todos -o todos- hemos pensado en alguna ocasión: ¿qué hago yo aquí con éste/ésta/estos? ya sea de un modo virtual o real, y es que la falta de decisión o criterio a menudo nos lleva a emparejarnos o relacionarnos con individuos poco aconsejables. Una negativa (o huida) a tiempo es un triunfo. Pocas veces segundas partes fueron buenas...
-Mira los hechos: las palabras se las lleva el viento (ya sean orales o escritas). No nos debe valer que nos digan que nos quieren o aprecian, si los actos del sujeto indican lo contrario. Quien se preocupa por ti y te ama de cualquier modo, nunca te hará daño ni te faltará al respeto. La falsedad suele descubrirse pronto, a menos que nos guste auto-engañarnos.
-No cedas a las exigencias de los "vampiros energéticos". Éstos desaparecerán cuando comprendan que tú no eres responsable de los sentimientos de ningún otro adulto. Porque una cosa es escuchar un episodio de quejas de alguien que necesita desahogo psíquico, y otra estar permanentemente asistiendo a discursos plagados de críticas, reproches, dudas, ideas malintencionadas, cotilleos y demás basura moral. Es fácil de comprobar: si tras estar charlando con una persona acabas hundida, triste o preocupada, aléjate de ella. O saca una buena ristra de ajos...
A todos nos gustan y atraen las personas que nos dejan un buen sabor de boca y una sonrisa. Se puede tener un mal día, una mala época... pero no una mala vida: eso es responsabilidad de uno mismo y de nada sirve culpar por sistema al mundo o al prójimo. Si alguien o algo no nos conviene, puerta... y que cada cual continúe con su existencia de la mejor manera posible. Procuremos dar la vuelta a la cita y que el madurar no sea opcional, sino tan obligatorio como el envejecer.
Y vivamos sin temor. Vivamos siendo nosotras...