Debo decir, como justificación de mi inactividad bloguera , que últimamente he andando bastante liadillo. Como puede apreciarse en la fotografía que subo a este post, tuve la oportunidad de viajar, por motivos de trabajo, a Brasil. Estuve dando clases en Sao Paulo por unos días. La cosa me vino de forma inesperada. Estaba yo acabando de corregir los últimos exámenes de este semestre y preparándome para mi actividades favoritas en verano (beber cerveza, ver televisión y dedicarme al "dolce far' niente") cuando un tipo me llamó por teléfono y me dijo si estaría en disposición de ir a dar clases a Brasil por unos días. Y bueno, pues claro, como me ofrecían un pastón de la reòstia, y además me cubrían todos los gastos de viaje (en Business Class, of course) y de alojamiento (en hoteles de 4 y 5 estrellas) qué le iba a hacer yo. Pues claro, casi que me vi forzado a aceptar la oferta. Sobre mi experiencia en Sao Paulo, a cidade de pedra, y mi visita a Río de Janeiro ya daré debida cuenta en otro post. Y como ya estaba en Brasil decidí hacer algo que cualquier hijo de vecino debería tener derecho a hacer al menos una vez en la vida. Me di un chapuzón en las míticas aguas de Copacabana e Ipanema. Probablemente las playas con más glamour del mundo. Y claro, en plan turistilla total, decidí subir al cerro Corcovado y hacerle unas fotografías a Mr. Smiles junto al enorme Cristo Redentor. Que en esos momentos estaba siendo restaurado. Y que estaba infestado de turistas. Eso fue hace tan sólo un par de semanas. Brasil todavía estaba en competición en el Mundial de Fútbol. Cuando llegué a Río de Janeiro, la selección brasileña se enfrentaba a Portugal. Y habían montado una pantalla enorme en la playa de Copacabana. La "torcida" (así llaman por allí a los hinchas de la canariha) salió un tanto decepcionada por el exiguo resultado. Un empate a cero contra los lusos. Luego la decepción fue total pues el equipo brasileño no llegó ni a entrar en los cuartos de finales. En fin, que vuelvo a la carga y con ánimos para seguir dando guerra desde esta pequeña tribuna. Debo dejar este post aquí e ir a la estación de autobuses a recoger a Asier, que acaba de enviarme un mensaje diciendo que ya se encuentra en Panevezys, a medio camino entre Riga y Kaunas. Estoy vivito y coleando.div.bgtags { border-top:1px solid #888; margin:5px; margin-top:15px; padding:5px; color:#888; font-family:Tahoma, Arial, sans-serif; font-weight:bold; font-size:11px; }
Vivito y coleando
Publicado el 18 agosto 2010 por ArgonautasDebo decir, como justificación de mi inactividad bloguera , que últimamente he andando bastante liadillo. Como puede apreciarse en la fotografía que subo a este post, tuve la oportunidad de viajar, por motivos de trabajo, a Brasil. Estuve dando clases en Sao Paulo por unos días. La cosa me vino de forma inesperada. Estaba yo acabando de corregir los últimos exámenes de este semestre y preparándome para mi actividades favoritas en verano (beber cerveza, ver televisión y dedicarme al "dolce far' niente") cuando un tipo me llamó por teléfono y me dijo si estaría en disposición de ir a dar clases a Brasil por unos días. Y bueno, pues claro, como me ofrecían un pastón de la reòstia, y además me cubrían todos los gastos de viaje (en Business Class, of course) y de alojamiento (en hoteles de 4 y 5 estrellas) qué le iba a hacer yo. Pues claro, casi que me vi forzado a aceptar la oferta. Sobre mi experiencia en Sao Paulo, a cidade de pedra, y mi visita a Río de Janeiro ya daré debida cuenta en otro post. Y como ya estaba en Brasil decidí hacer algo que cualquier hijo de vecino debería tener derecho a hacer al menos una vez en la vida. Me di un chapuzón en las míticas aguas de Copacabana e Ipanema. Probablemente las playas con más glamour del mundo. Y claro, en plan turistilla total, decidí subir al cerro Corcovado y hacerle unas fotografías a Mr. Smiles junto al enorme Cristo Redentor. Que en esos momentos estaba siendo restaurado. Y que estaba infestado de turistas. Eso fue hace tan sólo un par de semanas. Brasil todavía estaba en competición en el Mundial de Fútbol. Cuando llegué a Río de Janeiro, la selección brasileña se enfrentaba a Portugal. Y habían montado una pantalla enorme en la playa de Copacabana. La "torcida" (así llaman por allí a los hinchas de la canariha) salió un tanto decepcionada por el exiguo resultado. Un empate a cero contra los lusos. Luego la decepción fue total pues el equipo brasileño no llegó ni a entrar en los cuartos de finales. En fin, que vuelvo a la carga y con ánimos para seguir dando guerra desde esta pequeña tribuna. Debo dejar este post aquí e ir a la estación de autobuses a recoger a Asier, que acaba de enviarme un mensaje diciendo que ya se encuentra en Panevezys, a medio camino entre Riga y Kaunas. Estoy vivito y coleando.div.bgtags { border-top:1px solid #888; margin:5px; margin-top:15px; padding:5px; color:#888; font-family:Tahoma, Arial, sans-serif; font-weight:bold; font-size:11px; }