Recuerdo el día que le conté que quería ser payaso. Giró la cara y, aunque mamá condenó su conducta, me retiró la palabra. Hace tiempo que mamá murió y papá vive en un asilo.
Cada martes acudo a visitarle, aunque ya no me reconoce. Me visto mi traje de clown, me maquillo una inmensa sonrisa y represento mi número estrella: La toga. Él ríe y aplaude como un niño. Cuando me marcho, marca el siguiente martes con un círculo en el calendario.
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Relato seleccionado y publicado mes de enero en el VII Concurso de Microrrelatos sobre Abogados. Cinco palabras obligadas: calendario, asilo, fenómeno, fiscal y breve. Y 150 palabras máximo.