Hace catorce años volví a nacer.
Quise morir ese 23 de agosto. Estaba cansada de todo, de todos. De aguantar mi saco de basura y el de los demás.
De aguantar mi vida, mis secuelas, mis consecuencias que solo eran mias, porque alguien quiso algún dia de mi infancia que asi fuera. Alguien a quien yo consideraba en lo mas alto, alguien a quien yo queria, alguien en quien yo confiaba, alquien que se supone tenía que cuidarme y quererme.
Hasta que sobrepasaron los limites, el, ellos.
Me han condicionado la vida.
El abusador principal ya está fallecido. Los otros dos no se quien eran. Y el resto de la familia cómplice, siguen mirando hacia otro lado, siguen ignorándome, ocultando, escondiendo y callándome si intento hablar.
Mi suicidio era algo meditado, sopesado, anunciado. Dejé una nota, dejé instrucciones de como quería las pequeñísimas cosas que atañaban mi mísera vida en ese momento y como quería el funeral.
Me duché, me vestí, me peiné, me preparé como para un evento, un gran evento final.
Me tumbé en el sofa....y esperé.
Esperé a sentir pesar, a sentir que me dormía. En esos minutos da tiempo a pensar, da tiempo a analizar aunque no quieras, supongo que en un último instinto de supervivencia.
Decidí no perder la batalla, no dejarles ganar a ellos, a los abusos, a los abusadores, a todos a la vez. Pensé que no estaba todo perdido, que podía demostrarles que no se librarían de mi todavía, que no se lo iba a poner tan fácil. Casi no llego a tiempo.
Pero aqui sigo y espero que por muchos años más, intentando seguir recomponiendo mi vida, día a día, minuto a minuto. Intentando quererme cada día un poco más a mi misma y a la familia que "yo he creado". No a la que me tocó cuando nací.
Por más que les pese, he conseguido muchísimo, mucho más de lo que ellos esperaban para mi. Para ellos si que estoy muerta. Siempre lo he estado y supongo que siempre lo estaré.
Pero mi lucha diaria por mantener mis logros conseguidos, tanto emocionales, personales, físicos, es gigante.
Esto es por lo que quise seguir en este mundo. Para lo bueno y para lo malo. En definitiva, para vivir.