Una fiesta que se quedó en el intentoPor Carlos Pagni | LA NACION Cacerolazos. Caída de imagen. Reveses judiciales. Saqueos. Conflictos con gente del espectáculo. Inflación. Es comprensible que un gobierno que atraviesa ese ciclo de infortunios haya querido construir una buena noticia con los restos de un error.De eso iba a tratarse el festejo de ayer por el regreso de la Fragata. El intento quedó en el camino.Los tripulantes de la nave quedaron en el centro de un acto animado por las consignas de La Cámpora, y en el que la concurrencia se redujo a empleados públicos y legiones clientelares provenientes del área metropolitana. Los veraneantes no pudieron o no quisieron llegar a la fiesta prometida y los funcionarios se parapetaron detrás de un vallado por temor a las cacerolas.Más información »