Revista Diario

Voten por mí

Publicado el 24 septiembre 2010 por Looope

George Bernard Shaw, escritor irlandés
ganador del Premio Nobel de literatura en 1925.


El concepto de democracia es como sumar y restar. Es una de esas cosas que nos enseñan en el colegio y nos acompaña indeleble por el resto de nuestras vidas, como el primer beso, la primera pelea o un video de David Hasselhoff. Ya para estas alturas de mi vida, el concepto está más que asimilado pero tengo días haciéndome una pregunta y me gustaría ventilarla aquí: ¿A qué clase de degenerado se le ocurrió esa idea?

Seamos honestos: la mayor parte de la gente ahí afuera no está capacitada para votar, y sin embargo sus votos cuentan igual que los míos.

Si alguna bondad se le puede atribuir a Wikipedia es que tienen un mapita de lo más bonito donde marcan en rojo los países que no se identifican como democráticos. Justo abajo de la imagen los enumera -Ciudad del Vaticano, Arabia Saudita, Myanmar, Brunéi- como para que uno, que tiene sentimientos encontrados y está a punto de mandar la democracia al demonio, diga "mejor me quedo de este lado del puente."

¿Se dejaría hacer una operación a corazón abierto por -digamos- Viviana Gibelli? Entonces ¿cómo es posible que año tras año dejamos dócilmente que una turba de gente que no se entera de nada decida no sólo nuestro futuro sino el de nuestros familiares y seres queridos?

Pero ¡tranquilos! He dado con la solución: hacer un examen de aptitud a la entrada de los centros de votación. Puede ser algo estilo Museo de los Niños, con pantallas llenas de luz y de color -como la tómbola- que no sólo nos distraiga en esas interminables horas de cola, sino que además nos filtre.

Las preguntas tendrían que cambiar para que la gente no se copie o venga algún idiota y comience a decir "Camberra es la capital de Australia, no Sydney"y deje pasar a uno que otro inepto. Deben tener tiempo limitado, estar redactadas en español y tocar temas como geografía e historia de Venezuela, historia universal, castellano (donde se descalifique automáticamente a cualquier persona que ponga S al final del pretérito perfecto simple segunda persona singular) y ¿por qué no? matemáticas.

Para las primeras fases del nuevo proceso, se le puede pedir gentilmente a RCTV el pool de preguntas que usaba para ¿Quién quiere ser millonario? y que después de que cerraron el canal ya no usan y está cogiendo polvo en algún lugar de Los Ruices.

Imaginen por un momento la ventaja añadida de usar este método: ¡no podrán votar el poco de chinos con cédula que viven en el país y que ni saben hablar español!

La idea es claramente limitar lo más que se pueda las posibilidades de que la gente pueda "ejercer su derecho al voto", al punto que ni siquiera la gente medianamente educada como yo pueda votar, sino exclusivamente la gente verdaderamente inteligente.

Imaginen la comodidad de deshacerse del deber de ir a votar, calarse la cola, las indecisiones, las encuestas a la salida y la mirada cómplice de tu familia que sabe por quién votaste tú, quién tenías frente a ti y ya te recibe con el pronóstico del primer boletín extraoficial... extraoficialmente.

Propongo una sociedad donde el futuro esté a cargo de las mentes brillantes y nosotros, el bulgo, podamos vivir nuestras vidas relajadamente, sabiendo que todo va a estar bien en manos de gente verdaderamente capacitada para decidir lo más importante que tenemos: el porvenir.

Estoy planificando una marcha al Consejo Nacional Electoral para entregar mi propuesta de "democracia excluyente." Dada la proximidad de las elecciones, no creo que dé chance de implementarla antes de las parlamentarias. Así que, mientras dure esta falacia de la "democracia participativa", a votar.


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