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una vez... una historia con un comienzo que, aunque pasado de moda, seguía en boca de todos. Pero entre líneas, se forjaba una revuelta. Las acciones, al mando de un predicado que debía predicar con el ejemplo, se sublevaron contra sus ejecurores, sujetos a unas reglas, a su entender, obsoletas. Los géneros ya no eran lo que eran: él podía ser ella y ella, él; muchos, incluso, se declaraban neutros Y los números... ¡Ay los números! Eran cada vez más habituales los sintagmas nominales mononucleares y aquellos con dos sujetos del mismo género. Pero también era vox populi la existencia de una minoría de la vieja escuela que abogaban por volver las viejas costumbres.
Los verbos no personales, fueron los primeros en hacer caso omiso a la obediencia debida, aunque no era nada personal. El imperativo, tan mandón como siempre, pero poco dado a obedecer, ordenó al...