y no sé dónde se encuentra
la estación de mi destino.
Esa piel con la que sueño,
ese labio tembloroso,ese cuerpo estremecido
y los ojos tan hermosos
que me presten su sonrisa.
Me despierto de las sombras
y te busco enfebrecido.Ya no quiero tantos sueños,
ni proyectos ni suspiros.Es tu cuerpo, el universo,
la estación que estoy buscando,y ya veo en lontananza
el andén tan perseguido.
En él bajo y me detengo
rebuscando en sus rinconescada poro de tu cuerpo,
de tu alma, y tus sentidos.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/07/17