Estaba en tercer año de educación secundaria, no eran siquiera las doce del día, la clase de educación cívica estaba por terminar y yo, desde el último pupitre del salón, me estaba consolidando como maestro del vudú.
Sonó la campana y todos salían rápidamente para la clase de química, no sin antes dejar el cuaderno de la clase del día en el escritorio del profesor y así lo hice mientras avanzaba en la fila para salir de aquel lugar.
Todo transcurrió con normalidad y al día siguiente, en la clase de educación cívica, el profesor me pidió que me quedara hasta el final.
- Pedro, ¿Qué es esto? -me pregunto el profesor mientras señalaba una caricatura mal hecha de él, que yo mismo había dibujado en la clase anterior, al final del cuaderno.
-Un dibujo profesor -conteste con naturalidad, mientras el profesor de cívica se peinaba los bigotes con su mano izquierda y con la derecha sujetaba incrédulo aquella obra de arte.
La verdad, el dibujo no estaba mal. Había dibujado cada detalle, desde su aburrido suéter hasta su bigote de actor porno de los 70's. Lo único raro era que había puesto al profesor dentro de un pentagrama y símbolos que para mi eran súper satánicos y espantarían a cualquiera y para dramatizar la escena, llene de picotazos la hoja del cuaderno donde había hecho mi arte vudú. Picotazos que hice con una pluma de tinta roja para darle mas realismo.
- Pedro, para la siguiente clase quiero que venga tu papá o tu mamá.
- Si, esta bien -le respondí con la mira baja y al borde de la carcajada.
Al día siguiente llego mi papá. Para mi era raro verlo atendiendo esos asuntos, pues mi mamá o mi abuela eran las que hacían esas diligencias.
- Buenas tardes señor. ¿usted es papá de Pedro?
- Ajá -respondió mi papá- dígame, ¿para qué me mando llamar?
- Para esto -contesto el profesor, mientras le extendía aquella expresión artística de mi autoría.
La cara de mi papá fue monumental cuando vio el dibujo tan bien hecho, hasta una sonrisa alcance a percibir.
Ya no supe lo que hablaron después ya que el profesor me había pedido que saliera del salón. Habían pasado escasos cinco minutos y salió del salón mi papá.
- Que se va a quedar con "el dibujito", por si le pasa algo malo, porque eso es vudú -dijo mientras me daba un golpecito en el hombro y se marchaba.
Mas tarde llegue a la casa, temeroso a un regaño, pero mi papá no tocó el tema.
Imagen de portada: LaughingRaven.