J´ai peint la lumière de tes lèvreset bu nos solitudes dans les ailes brisées des anges.
Quebré el silencio de tus palabraspinté la luz de tus labiosy me bebí nuestras soledadesen las alas rotas de los ángeles.
Sólo tomé lo que no puede ser dado y te di lo que no puede ser tomado.
Bebí el silencio de tus palabras a cada sorbo y en la luz del vacío estalló la soledad de tus labios que en esos retales de tus manos pronunciaron el despertar del recuerdo.
Y te esperé desde siempre, desde ese pasillo que va de mi escote a tus deseos, y deambulamos por el rincón de aquella incierta ciudad que angosta redujimos con los pasos cansados.El tiempo arrebata hoy las horas dormidas de un carcomido segundero. Anda rauda la sombra que acorta mi paladar en tu boca. No sé cuándo volveré a caminar a tu izquierda ni cómo perderé tu esencia a canela, pero este tren que ya no aguarda en este vetusto andén, me dirige sin sentido alguno destilando el licor de algún trayecto adormecido, arrastrando aquella mirada tuya que languidece en mi aliento.