En pétalos se alzaron los pájaros del canto,
huyendo de los escombros de la noche.
Fue la hora de partir. Dejar la isla de tus brazos
como (salvadoramente)
el mar deja a la ola en cada muelle,
para desandar la muralla del silencio
y evocar el milagro húmedo de otra ternura.
Sue_*©
© Texto y foto: Susana Inés Nicolini®