Revista Talentos
Carezco de delicadeza con las mujeres y, al abandonarlas, he visto reacciones de todo tipo. Su frialdad me pareció simple despecho, pero me equivoqué. Ahora es tarde: el golpe en la trasera, verla al volante por el retrovisor, la curva demasiado próxima, el mar terso y gris que me reclama.