Revista Talentos

Wartezeit

Publicado el 17 febrero 2012 por Laocoont

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¿Cuánto tiempo suele pasar un videojuego de la estantería de la tienda a tu colección particular? Esta pregunta, aparentemente inofensiva, lleva consigo múltiples estudios de mercado. De hecho las compañías sumidas en su propia “burbuja” económica creen poseer la clave del éxito empresarial. Para ello aplican una sencilla fórmula que da respuesta a la pregunta del inicio. Si vende gusta y si gusta puede gustar más, sólo hace falta ampliar la numeración.

No, no me extenderé hablando del mercado de valores ni de las estrategias que montan las compañías sacando el mismo producto – hábilmente – maquillado, una y otra vez, con otro nombre y un número consecutivo para llamar nuestra atención. Tampoco es mi intención sonrojar al sector hablando de la inflación del mercado y de los riesgos que ésto puede comportar. Sólo tienen que fijarse en qué ha derivado el sector inmobiliario, por lo que ya saben comparen y ejecuten el silogismo.

Appetentia versus Patientia


Existen algunos conceptos económicos que definen claramente nuestro perfil de usuario. Lejos de los tópicos “casual” o “hardcore” gamer, cuyas verdaderas acepciones serían Ludus para los más experimentados y Paidia destinados al único fin de entretener sin ofrecer algo más que diversión. Repetimos, lejos de dichas categorizaciones que poco aportan, sí que podemos definir al usuario en general, como el que espera y el que no. O mejor dicho como “el paciente” (del latín Patientia, ae) y “el ansias” (del latín Appetentia, ae)

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Podemos encontrar muchas clasificaciones al respecto, de hecho podríamos incluso generar nuevas. Porque el sector carece de estándares para poner fin a tales clasificaciones. Por lo que se han ido acuñando términos con la misma facilidad que la compañía de turno saca el “shooter” definitivo. Pero me gustaría detenerme en esos dos mencionados con anterioridad. Dos tipos totalmente diferenciados, dos tendencias alejadas una de la otra y con consecuencias dispares en nuestras economías.

Por lo que se podría definir al “paciente” cómo aquel sujeto cubierto por un halo de “misticismo” que como un ermitaño decide hacer caso omiso de todo aquello que sea popular. Su objetivo es y será conseguir cualquier título por el mínimo precio exigible. Dan igual las campañas de marketing, las fluctuaciones de la moda o en nuestro caso el lanzamiento del futuro GOTY de turno. Su «status quo» está por encima de esa necesidad de estar al día, en cuanto a videojuegos se refiere.

ansiedad 1 WartezeitUn ser fácilmente reconocible en cualquier tienda de videojuegos, mercadillo o ese búnker anti-capitalista (nótese la ironía) llamado STEAM. Da igual, lo importante no es el CUANDO sino el CUANTO, y razón no les falta. Puesto que a costa de sumergir el deseo de estar jugando a lo más “in” del momento, no sólo equilibran sus cuentas sino que además tiene un exquisito control sobre sus emociones y “pulsiones” consumistas.

“El ansías” en cambio será ese sujeto que sin entrar a valorar su capacidad económica puede y alardea de estar a la última. Muchos de éstos son los que a tres días antes del lanzamiento de un buen (o no tan buen) título se lanzan al acecho del dependiente de cualquier tienda. Esperando que su psique baje la guardia para llevarse un juego y jugarlo antes que nadie (de forma legal, claro está). Su estantería está repleta, no falta de nada, y cuando vienen sus “supuestas” amistades – también conocidas como “gorrones” – no para de tocarse mientras éstos con ojos como platos observan alguna que otra “joya” en forma de Edición Coleccionista.

Ex post


Dos tipos totalmente diferenciados, dos especies que conviven entre nosotros, entre la multitud de gente mal llamada “normal” (quizás otro día me alargue en tal concepto). Pero que no pueden cohabitar en un mismo recinto ya que sus tendencias de vida se ven mutuamente entorpecidas. Puesto que sus ideales se solapan, sus pensamientos se interrumpen y la realidad del uno llega a obturar la del otro.

“El ansias” suele hacer alarde de sus adquisiciones, haciendo juicios de valor. Vendría a ser como el “crítico” que sin pasarse algo empieza a lanzar juicios de valor sobre un producto. Su tendencia es siempre hacer exaltación del aspecto gráfico y sonoro. No le hable de profundidad de la trama o de influencia dentro del género. El disfruta el juego como devora las hamburguesas de su cadena de comida rápida predilecta.

paciencia impaciencia Wartezeit

Este hecho es así, mientras “el paciente” no interfiera en la conversación. Ya que al destinar más tiempo en la compra del producto, normalmente disfruta de aquello que consume en su totalidad – al menos en un elevado porcentaje. Por lo que será un amante de desentrañar cualquier ápice de cultura o “subcultura” que decline del juego. Puede ser visto como un pedante que conoce hasta anécdotas de los títulos que adquiere y toda la vida de la gente que sale en los créditos. De hecho, su especie, normalmente los mira al acabar el juego.

La confrontación está servida, en el momento que uno interponga una pregunta al otro se abrirá el “coto de caza”. Mientras uno le achacará el desconocimiento de muchos de los “must haves” que tiene en su estantería (normalmente morralla edulcorada) el otro insistirá en que sea capaz de explicar cual es la aportación de dichos títulos en el mercado. Mientras el primero insistirá en su contribución en el crecimiento de las compañías, el otro será un activista contra el holding empresarial.

Ad libitum


Discusiones que no llegarán a más, quizás cada uno se refugie en sus propios pensamientos (incluso cada cual en su blog) Pero la discusión no servirá para apartar al otro del camino trazado. Ya sea por cabezonería o por la necesidad de reafirmar su pensamiento. Lo que queda claro es que cada cual se moverá dentro de sus creencias sin apartar por un momento la linea de consumo marcada. Eso sí, las “birras” las pagará “el paciente”, sí o sí.

Y es que la industria a degenerado a tal magnitud que parece que seamos nosotros activistas de empresas que no nos aportan más que entretenimiento. Nos ofrecen títulos, no con el fin de ofrecer algo diferente al jugador (esto quizás los programadores), sino con la intención de llegar a cuantos más hogares.

piedras Wartezeit
Y por fin tras tanta espera, podemos respirar…

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