Revista Diario
Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons
Publicado el 01 febrero 2025 por Jimmy FdzBibliometro #77. Pero qué belleza y lujo de edición tenemos entre nuestros afortunadas manos, ¡la versión integral de Watchmen!, con algunos deliciosos e inspiradores extras al final en donde podremos apreciar el proceso creativo de Alan Moore, el escritor y guionista de esta obra maestra del cómic, y Dave Gibbons, quien se encargó de los dibujos, y no hemos dejar de mencionar y elogiar el nombre de John Higgins, el colorista, quien, como pueden apreciar, también realizó un trabajo magnífico. Una obra cumbre, en otras palabras, que trasciende su propio medio, en mi opinión; que, a través de la excelencia de su realización, ofrece una mirada y perspectiva nueva de un tipo de narrativa mayor, en este caso la de superhéroes, que eleva a la categoría de arte con todas sus letras. Como hace tiempo que sabía que Watchmen estaba en Bibliometro y le tenía ganas, ganas de leerla como se debe, en su versión física y palpable (recuerdo haber leído esta obra en mi adolescencia, más o menos cuando salió la adaptación de Zack Snyder, descargada y en la pequeña pantalla de un netbook que tenía por entonces), un buen día me dije "a qué sigues esperando, so zopenco".
Ufff, muy bien, por dónde comenzar.Supongo que pueden hacerse una idea de dónde comienza la cosa y por dónde continúan los tiros. El Comediante ha sido asesinado y Rorschach, otro de los vigilantes enmascarados de segunda generación, el único en clandestina actividad, intuye gato encerrado y comienza a investigar el caso, que podría esconder un maquiavélico plan detrás. Esta premisa, que es la que comienza todo, aunque todo, dentro del universo de Watchmen, ya había comenzado décadas antes, es como cine negro, literatura de detectives, pero es mucho más que eso. O sea, quiero decir que es la chispa inicial del incendio que se expande salvaje y poderosamente abrasando todo lo que existe dentro de estas páginas. No soy experto en cómics, mucho menos tengo nociones de la historiografía del cómic, pero estoy seguro que, si no fue el primero, Alan Moore fue, en su defecto, quien mejor sentó las bases de una revisión "realista", psicológica, sociológica, política, del mito de los superhéroes en tanto personajes y en tanto narrativa o género. Un revisionismo que despoja a los superhéroes de su manto divino o suprahumano, y que por consiguiente los somete a un punzante, complejo y profundo examen ético, moral y emocional, a fin de cuentas quien lucha por el bien no está ajeno a las dinámicas y mecánicas de la vida moderna en las sociedades modernizadas e hiperindustrializadas. Moore hace carne lo simbólico, explora las grietas de la reluciente superficie de esos mitos, ensucia el cristal con el que se solía observar las aventuras de los bienhechores, enturbia el agua en el que se movían con tanta agilidad y tranquilidad.La pregunta clave, supongo, vendría siendo "¿cómo demonios reaccionaría, pero de verdad, el mundo de hoy si de repente aparecieran vigilantes enmascarados tomando la justicia en sus manos?" Suena lindo, ¿no?, esa noción de que algo, alguien, pone las cosas en su lugar cuando las instituciones no pueden, o no quieren, socorrer a los ciudadanos de a pie que tanta confianza vierten en sus manos y que esperan un mínimo de protección y seguridad a cambio de tanto sacrificio cumplido en pos del bien común, de mantener bien engrasados los engranajes del sistema, de este cochino sistema inhumano. Pero la realidad no es tan simple, no es tan en blanco y negro, más bien es gris, enredada y caótica, lo cual queda demostrado con el mismo Rorschach, por ejemplo, un personaje sombrío, atormentado, de una integridad insobornable como podemos ver, pero... pero con tendencias peligrosamente filofascistas. El mismo Comediante, otro de los personajes memorables y carismáticos, dueño de un nihilismo salvaje e incendiario, de una amoralidad corrosiva (todo lo contrario de Rorschach, que actúa impelido por su moral retorcida, pero moral a fin de cuentas... Y no deja de ser curioso que admire tanto al Comediante, para quien la moral de Rorschach no es más que negocio), podría entenderse como la cara misma del estado de cosas actual, en donde precisamente no existen ni el bien ni el mal, sólo la pulsión devoradora del capitalismo más voraz (aunque podría hablarse también de la intrínseca amoralidad del ser humano) que se ríe de las ilusiones de bondad y mérito con que la trituradora de carne se disfraza y esconde sus actos. Un lobo vestido de oveja, y ni tanto. Qué decir del Doctor Manhattan y su desesperación cósmica, su existencialismo galáctico, su creciente desencanto de los supuestos ideales de humanidad, su encarnación de un ideal divino pulverizado ante "su" obra y la obra que se pulveriza y devora a sí misma en el eterno retorno del círculo vicioso. Supongo que no hablé tanto del contexto histórico dentro del cómic como del brillante retrato psicológico de los personajes (que sería otra de las preguntas clave: ¿cómo demonios reaccionaría el (súper)héroe al hecho de ser un (súper)héroe?), pero ambas líneas se retroalimentan y se funden, porque son lo mismo: las circunstancias moldean al individuo y el individuo también moldea, aunque sea infinitesimalmente, sus circunstancias y contexto colectivo.Y de eso se va tratando Watchmen: más que de resolver un caso/misterio en particular (aunque sea sumamente interesante y en sí mismo sea un prodigio de relato noir), es sobre introducirnos en este mundo caótico, palpitante, de una atmósfera desquiciada como salida de una novela de Philip K. Dick, y vivirlo no con el boquiabierto asombro admirativo con que suele mirarse la ciencia ficción sino con el vívido desconcierto con que uno experimentaría el mundo creado si fuera el que nos tocara vivir. Se trata no de ser un maldito turista, como aquellos que se amontonan para ver la torre de Pisa, sino de ser esos seres comunes y corrientes que trabajan cruzando la calle del hito turístico barriendo las aceras, sirviendo copas, manejando taxis, qué sé yo. Es lo que Watchmen propone y exige de ti: que entres de lleno en ese universo rico en detalles, complejo y fascinante en su historiografía interna que no tarda en convertirse en una vertiginosa espiral de paranoia, locura, miedo, incertidumbre, caos, acaso el declive mismo de los valores fundamentales de las sociedades modernas, que Moore dinamita desde sus cimientos. Porque ojo, estos enmascarados no son los únicos personajes habituales de Watchmen, también tenemos a los numerosos hombres y mujeres de a pie que intentan sobrellevar sus vidas mientras observan, perplejos, la desintegración misma de todo cuanto creen conocer sobre la realidad observable y perceptible. Y sumen a ello un tenebroso relato de piratas en clave thriller psicológico, y tendrán un explosivo cóctel que refleja con brutal y espantosa nitidez los peores fantasmas y demonios de la humanidad.A ello sumen un magnífico trabajo gráfico, partiendo por los dibujos de Dave Gibbons, que, fiel a la propuesta revisionista de Moore, tienen un cierto aire tradicional y nostálgico en sus trazos, como homenajeando a los grandes maestros comiqueros, pero a la vez una suciedad, una oscuridad, una sordidez que, imagino, el cómic de superhéroes no tenía hasta entonces, al menos no en este nivel. Aparte del dibujo en sí, hay que apreciar también la composición de las páginas, los paneles (aunque esta parte también le corresponde a Moore, que en los detallados y minuciosos guiones ya establecía el "mapeado" de las imágenes), un brillante trabajo de montaje por así decirlo (me es inevitable usar a veces términos o analogías cinematográficas, a fin de cuentas el cine es mi principal y mayor pasión: todo lo que veo/leo, lo hago desde una perspectiva cinematográfica, para bien o para mal), que crea un ritmo de lectura cautivante, perfecto tanto en la fluidez como en la observación que exigen sus imágenes. Y como mencionamos, el trabajo en los colores de Higgins es para chuparse los dedos: una exquisitez que es la guinda de la torta de una obra que rebosa excelencia y magisterio por sus cuatro costados. La calidad cromática de Watchmen es de otro planeta, dudo que vayan a leer cómics que tengan un tratamiento en el color tan excepcionalmente grandioso como lo que tenemos acá. Estoy seguro que una persona que sepa mucho más que yo (que no sé nada al respecto, ja, ja, en términos técnicos) podría literalmente babear sobre las páginas, apreciando su calidad gráfica.Y ya no sé qué mucho más decir sobre una obra maestra no sólo del cómic, sino del arte narrativo en general. Una obra seminal, esa clase de obras que abren el camino a los demás, que iluminan lo antes ignorado. Imprescindible. Espero algún día poder comprar un ejemplar, propio y personal, para mí.
*Y bueno, sobre la película de Snyder. Ya no recuerdo si llegué a verla completa de una sentada, pero sé que la vi completa pero por partes. Luego del cómic me puse a revisar escenas en YouTube, y debo decir que Snyder es un tonto rematado. Snyder ignora completa y olímpicamente lo que Watchmen propone. Snyder se queda con la estética, con la visualidad deslumbrante, puede que con la pueril y superficial lectura de "oh son superhéroes pero sucios y que tiran entre sí", pero lejos de la lectura mordaz y la compleja crítica socio-política que Moore vierte en las páginas del tebeo. Se queda con el lado más simplón de El Comediante, hace la vista gorda al filofascismo de Rorschach, imagino que no llegó a comprender verdaderamente el cósmico viaje introspectivo del Dr. Manhattan y sólo quedó deslumbrado con el viaje por Marte, ya ni hablar del pobre entendimiento sobre los enmascarados más "normales" del grupo y la ironía latente de mostrar adultos disfrazados como niños en Halloween. Sobre si es Justicia lo que buscan o mero entretenimiento escapista "disfrazado" de idealismo. En el fondo, que estos malditos superhéroes son un maldito parche, un síntoma y no la cura a los males del sistema: pueden darle palizas a criminales de poca monta todo lo que quieran, pero no solucionarán los vacíos y lagunas estructurales jamás. Y, maldita sea, esas actuaciones. Para las secuencias de acción Snyder demuestra su oficio, pero, incluso teniendo un reparto bastante competente, ¿cómo demonios los hace actuar tan mal? Además de cambiar el final, el gran plan antagonista, y con ello su sentido.Cuando la vi debo decir que me gustó, pero no había leído el cómic de Moore. Ahora lo he leído como corresponde y también he leído algo más, he vivido algo más, he aprehendido algo más a lo largo de los años, y debo decir: para ser casi tan calcada, ¡qué mierda de adaptación!
Ya son tres años y fracción lo que lleva Watchmen en la red bibliometrusca, y vaya que ha sido prestado, y vaya que me alegro. Desde finales del 2021, quince veces ha sido pedido y con bastante prolijidad debo decir, miren qué ficha, ordenada, más o menos limpia, sin tantas imperfecciones, cada recuadro utilizado debidamente, luego la parte posterior siendo utilizada. En fin, me alegro por Watchmen y por este ejemplar en particular.