”Quizás me vuelve a dar miedo irme. Es dulce el sabor de un poco de soledad y madurez. Quizás me da miedo volver a quebrarme en mil pedazos después de esa sensación de saber que no estás”. Los ”quizás” están demasiado a la orden del día. Será que no quiero darme cuenta del todo de las cosas, y por eso suelto un ”quizás” de vez en cuando. ”Mírala, se empeñó tanto en buscar la felicidad en su vida que no se dio cuenta que era más fácil encontrarla que todo su empeño” No me di cuenta de que la tenía delante. ”Era para evadirme” -me repito en voz baja deseando de nuevo la vida que dejé atrás hace unos meses. Y por suerte otra vez vuelve. Ojalá de la misma manera, con diferentes errores pero con los mismos cariños. Con las mismas sonrisas y si puede ser con menos lágrimas. Aunque no puedo prometer nada. Soy de soltar la toalla con dos dedos pero nunca dejar que se caiga, soy de desconfiar pero a veces siento ansias de confiar sin tener que preocuparme. Sé que eso no puede ser, y aun así es lo mejor, así hacemos a las personas realmente buenas todavía más. Pienso en ti todos los días, y en ti y en ti. Aquí, con el corazón en la mano y abierto de par en par es mucho más difícil hablar de amor de lo que pensaba. Me equivoqué mil veces, mil veces mi boca debió sosegarse y otras tantas me enfadé sin tener motivo. No vale arrepentirse tanto y lo sé, pero cómo explicaros que soy humana y que quiero vivir. Que quiero vivir libre formando mi vida todo lo feliz que pueda ser. Cada uno sueña a su manera y yo tengo mil sueños, y aparte de metafóricos, también aparecen en mis noches. La noche es mi otra vida futura. Con mis miedos y mis ”ojalás”, con mis ”quizás” y con mis sonrisas. Contigo, contigo y contigo.