Esta entrada es un poco distinta a lo habitual, pero... ¿qué se le va a hacer? Mi blog, mis reglas, ¿verdad? Hoy me apetecía hacer una entrada distinta por aquí, así que, ¡vamos allá!
No obstante, tampoco voy a mentir: Wicked no es uno de mis libros favoritos, pero tiene algo muy especial entre sus páginas que lo hace muy importante para mí de todos modos. Y es que a mí El mago de Oz nunca llegó a emocionarme demasiado (ni el libro ni la película), pero esta versión de la trágica y difícil vida de la Malvada Bruja del Oeste logró llegarme por completo, quizás por lo radicalmente distinta que era.
Eso sí, por si alguien tiene alguna duda, tengo que señalar que esta novela no es juvenil en absoluto, y algunos de los temas que se tratan son bastante adultos. Eso fue lo primero que me sorprendió la primera vez que la leí, puesto que ya había oído alguna canción del musical y me esperaba algo completamente distinto. Sin embargo, y para mi sorpresa, el libro es bastante adulto, con una fuerte carga política y religiosa que me sorprendió bastante, pero disfruté de todos modos gracias a lo gratamente que me sorprendió.
Unos meses después de haber leído el libro, en julio de 2009, tuve la oportunidad de ver el musical en Londres y,como no podía ser de otra manera, quedé fascinado.Aunque como ya he dicho antes ya había escuchado algunas de las canciones por internet antes de verlo, quedé abrumado por la impresionante puesta de escena, las voces y las actuaciones. Sí, la historia cambia bastante respecto a la novela original y la trama política y religiosa queda muy diluida (aunque lo básico sigue en el musical), perola disfruté muchísimo y, sobre todo, la viví intensamente.
Y es que Wicked es radicalmente distinta en su versión teatral, pero hay que reconocer funciona de maravilla, y en parte es precisamente gracias a todos los cambios. De hecho, y sin que sirva de precedente, en esta ocasión me gusta mucho más la adaptación que el original. Aunque la novela me había gustado, fue el musical lo que realmente consiguió que me enamorara de Elpahaba, un personaje que a pesar del tiempo que ha pasado desde que la conocí sigue pareciéndome fascinante.
Pero para lo que no estaba preparado era para lo mucho que me enamoró el musical esta segunda vez. Creía que lo recordaba bien, pero estando sentado en el teatro me di cuenta unos pocos minutos después de que no era así: mis recuerdos no le hacían justicia en absoluto. Wicked es maravilloso, una experiencia totalmente abrumadora, y no hay vídeos ni recuerdos que hagan justicia a la experiencia de vivirlo en directo.
Ahora, apenas unos días después de haber visto el musical por segunda vez, no puedo esperar a que llegue la tercera. Y tampoco puedo esperar a que lo traigan a España, si es que eso sucede algún día (crucemos los dedos). Sé que lo pasaría un poco mal al principio por la traducción de las canciones, pero también sé que estaría ahí en la primera función y la disfrutaría como el que más.
Y, por favor, haced ya la película ahora que Lea Michele resulta creíble para el papel, porque sería la Elphaba perfecta. Puede que Wicked sea maravilloso en directo, pero estoy seguro de que en la gran pantalla sería también espectacular.